Alberto Ruano, profesor de medicina: «Al colectivo de enfermería le interesa implicarse en la asistencia de la EPOC»

joel gómez SANTIAGO / LA VOZ

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La USC ofrece el segundo curso para un centenar de profesionales de toda España

17 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Para potenciar el diagnóstico, el abordaje y el seguimiento de pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), y enseñar a gestionar mejor los recursos asistenciales para su tratamiento, la USC prepara un segundo curso específico, orientado a profesionales de enfermería de toda España. Se desarrollará entre octubre y junio, con sesiones en línea: «Ofrecemos cien plazas y en la primera edición se agotaron», afirma Alberto Ruano, profesor de Medicina preventiva y salud pública y uno de los directores de esta actividad.

En el área sanitaria de Santiago se calcula que hay sobre 23.000 pacientes de EPOC y que más de la mitad están sin diagnosticar bien. Es un dato que ha reconocido la sanidad pública y semejante a lo que ocurre en otros lugares. Ruano explica que esta patología se ha convertido en una de las principales causas de muerte y discapacidad en el mundo y tiene un importante impacto físico y emocional en quienes la padecen: «La participación en este curso demuestra como al colectivo de enfermería le interesa implicarse en la asistencia de la EPOC y conocer las novedades que hay. El curso enseña a hacer bien y a interpretar una espirometría, una prueba muy valiosa para el diagnóstico. Informa sobre los nuevos inhaladores y otros tratamientos, y en cómo promover la educación de la persona afectada. Por su proximidad y contacto directo con el paciente, en ocasiones mayor que el del personal médico, el grupo de profesionales de enfermería se considera muy relevante para cambiar la situación de la EPOC», sostiene Ruano. La formación de este curso incluye además trabajo práctico en su entorno laboral para quienes lo realizan. «Para avanzar en el tratamiento de la EPOC deben colaborar atención primaria y servicios hospitalarios como neumología, y tener personal de enfermería capacitado para la asistencia es un apoyo muy relevante», dice Ruano.

El alumnado, durante este curso, debe autograbar vídeos y subirlos a la plataforma en línea que se utiliza, en los que demuestre su buen manejo de la espirometría y que conoce bien los tratamientos. «Además, se pretende que investiguen la situación epidemiológica de la EPOC en su área; y que contribuyan a formar a más profesionales. Es un curso exigente, pues requiere implicarse en un proyecto de mejora asistencial», agrega Alberto Ruano.

Quien padece EPOC tiene dificultades para respirar, por la disminución de su función pulmonar. Se conoce bien que esta dolencia está muy asociada a fumar, y también al envejecimiento, y que es además una causa importante de discapacidad y ansiedad, y puede acompañarse de otros síntomas, que desencadenan temor, frustración, aislamiento o depresión de la persona afectada. «Enfermería debe contribuir a detectarla precozmente para poder ofrecer el mejor tratamiento al paciente, favorecer su recuperación y mejorar su calidad de vida», sostiene. Debido al carácter crónico de la enfermedad y a sus síntomas incapacitantes, supone una carga para cuidadores y familiares, lo que incrementa su impacto social.

Con Alberto Ruano es codirector de este curso Alberto Fernández Villar, profesor asociado de Medicina de la USC y jefe del servicio de neumología del complejo hospitalario público de Vigo. Lo patrocina la multinacional alemana Boehringer Ingelheim.

Este curso contribuye asimismo para dar mayor visibilidad y proyección a la USC, dice Ruano, pues «un 80 % de quienes participaron en la edición precedente eran de fuera de Galicia y esta es una oferta formativa pionera y que se comprueba acertada por la elevada demanda, pues cubrió las plazas que ofrecía».