Clara Campoamor tendrá un carril para bus y velocidad limitada a 30

rosa martínez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

Raxoi ya tiene el proyecto definitivo y licitará la obra en octubre para empezar en enero

10 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El Ayuntamiento ha dado el visto bueno al proyecto definitivo de la reforma de la avenida Clara Campoamor para facilitar el acceso a la estación de autobuses que la Xunta construye en un margen de ese vial. Heredado del ejecutivo de Compostela Aberta, el proyecto original no convencía al de Xosé Sánchez Bugallo, que abogaba por una solución que la premura de tiempo y los requisitos que exige su dependencia económica de los fondos comunitarios Edussi no le permitían encajar. Finalmente, los socialistas optaron por una modificación que hiciese más operativo el acceso del transporte público a la estación. Y así será, según Bugallo, aunque los cambios sobre el proyecto de Martiño Noriega serán escasos.

La principal novedad está en la reserva de un carril específico del vial para autobuses y taxis. En el anterior proyecto se preveía su entrada y salida tanto por la rotonda de Pontepedriña como por la de Sar, con la regulación de su acceso a la estación a través de semáforos. Con este proyecto ya no será así. El carril que lindará con la estación se reservará para autobuses y taxis, que entrarán en Clara Campoamor por Sar y saldrán por Pontepedriña.

Con cuatro carriles actualmente, el vial se quedará en tres. Los otros dos se mantendrán para el tráfico privado, aunque, eso sí, con la reducción de la velocidad a 30 kilómetros por hora para toda la calzada. «E se é preciso instalar un radar fixo» para garantizar el respeto al disco de velocidad, «farase», asegura el alcalde.

El carril bici, dividido antes en dos secciones, una a cada margen de la avenida, se concentrará ahora en uno solo de tres metros de ancho, para que los ciclistas puedan pasar «con comodidade» en ambos sentidos. Esa distribución evita que tengan que cruzarse con autobuses y taxis a la altura del acceso a la estación, algo obligado con el proyecto anterior, donde la conexión rodada con la terminal se planteaba con semáforos. Lo que resulta ineludible es el paso de los vehículos (motorizados o alternativos) con la zona de preferencia peatonal que CA había diseñado en el contacto de Clara Campoamor con el acceso a la pasarela sobre las vías del tren. Ideada con una ligera elevación sobre la calzada y con preferencia peatonal, como el cruce de Xeneral Pardiñas y Montero Ríos, se mantendrá esa solución, aunque con vigilancia inicial para contrastar su funcionamiento. Ese paso conectará ambas aceras del vial, que se proyecta con una más amplia y arbolada en el lado de las brañas y otra más estrecha (unos dos metros) en contacto con la estación.

El proyecto mantiene el mismo presupuesto, 1,5 millones. El Concello deberá elaborar ahora el pliego de condiciones para la contratación de las obras. El tiempo apremia, porque la intervención deberá estar concluida para el 1 de agosto, para empezar a funcionar ese verano con la estación de autobuses y la pasarela. Bugallo espera que el pliego para contratar la obra y su licitación se puedan aprobar entre finales de este mes y principios de octubre, después de que la Xunta de Goberno aprobase ayer el proyecto. El objetivo es que la adjudicación se resuelva en diciembre y las obras arranquen en enero.

Bugallo aprovechará para impulsar el vial Santiago de Cuba como alternativa

El gobierno de Bugallo aprovechará el período de obras en Clara Campoamor para convencer a los usuarios de ese vial con procedencia de las carreteras de Ourense y A Estrada que en el futuro será mejor alternativa el desvío por Santiago de Cuba y el túnel del Hórreo para procurarse sus destinos habituales. El túnel, dice, está concebido para una capacidad de 70.000 vehículos diarios y actualmente está con 50.000. Esos usuarios ya tendrán que buscar alternativas durante las obras y los socialistas esperan que en ese período se generen nuevos hábitos que reduzcan el tráfico rodado en el Restollal, donde mantienen la intención de reconvertirlo en un bulevar, al igual que Amor Ruibal.

Sin embargo, esta última calle tendrá que soportar el tráfico de buena parte de los buses que dejen la estación, lo que la someterá a una mayor presión de tráfico del transporte colectivo. El regidor mantiene, no obstante, que el vial funcionará bien con la merma importante de tráfico privado que esperan a través del desvío por Santiago de Cuba, un vial en el que quizá, advierte, habría que limitar en el futuro su velocidad en algún tramo.