Irene Zarra: «Las formulaciones magistrales son nuestra seña de identidad»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

Cada año los laboratorios de esta área elaboran más de 110.000 fórmulas únicas para los pacientes

08 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Combinan la tradición y la innovación. El servicio de farmacia del CHUS, a cuyo frente está Irene Zarra (Vigo, 1975), no solo hace la provisión de medicamentos de los hospitales públicos de Santiago. También suministran los tratamientos de doce residencias de mayores, resuelven 46.000 consultas externas al año y son referencia en toda Galicia en la distribución de metadona entre todas las unidades de atención al drogodependiente.

-¿Qué volumen de fármacos maneja un servicio como este?

-Manejamos unas dos mil referencias diferentes, lo que es una cifra pequeña si se compara con lo que hay en el mercado. Diferente es la cantidad de fármacos suministrados, ya que tenemos 1.200 camas, otras 1.300 en residencias, a lo que hay que sumar los pacientes ambulatorios.

-¿Crece el consumo de medicamentos en el ámbito hospitalario?

-En el 2018 el gasto creció un 8,9 %. Aumenta por dos motivos, porque cada vez hay más pacientes y porque tenemos tratamiento para enfermedades para las que antes no había. El año pasado, además, irrumpió la inmunoterapia en cáncer, y los tratamientos para enfermedades poco frecuentes aumentan. Hay tres áreas que se llevan el aumento del gasto, oncología, hematología y patologías raras.

-Para contener el gasto se recurre a los genéricos en las recetas, ¿es posible hacerlo en un hospital?

-Apostamos por el uso de genéricos en todos aquellos medicamento que los tengan. Y también por los biosimilares, que diciéndolo de forma simple son los genéricos de los medicamentos biológicos. El fármaco de mayor gasto mundial es el adalimumab, para la artritis, y el año pasado perdió la patente. Ahora hay biosimilares y esto reduce en al menos un 30 % el coste.

-¿Cuál es el que más gasto supone en el CHUS?

-El adalimumab.

-¿Y en unidades?

-La quetiapina, un antipsicótico que ahora se usa en estados de agitación en pacientes con demencia y es de dispensación hospitalaria. Y después el omeprazol. Hace un par de años hicimos un estudio que refleja que al 90 % de los pacientes ingresados se les prescribe omeprazol.

-¿Qué ocurre cuando un médico quiere incorporar un nuevo medicamento?

-Todos los hospitales tienen una comisión de farmacia y terapéutica en la que se evalúan todas las solicitudes de nuevos fármacos y los cambios en las indicaciones. Esta evaluación no es arbitraria, sino que la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria tiene unas guías para evaluar la eficacia, la seguridad y el impacto económico. La mayoría se autorizan porque las solicitudes de los médicos son muy sólidas.

-¿Hasta qué punto es importante en un servicio hospitalario la formulación magistral?

-La formulación magistral es algo propio únicamente de los farmacéuticos, es nuestra seña de identidad. Pone en práctica nuestro conocimiento para elaborar medicamentos que no están disponibles en estos momentos en el mercado.

-¿Se hacen muchas?

-Sí, el año pasado hicimos unas 9.600 nutriciones parenterales, para pacientes que no pueden alimentarse a nivel oral; 58.000 formas farmacéuticas estériles, que suelen ser intravenosas; y unas 46.000 no estériles, cremas, intranasales, jarabes... Creo que es un área que no podemos olvidar porque es algo muy nuestro y lo que nos diferencia, pese a que durante años no se tuvo tan en cuenta. Ahora que se habla de atención individualizada, la fórmula magistral ya es por definición un medicamento preparado para un paciente concreto.

«La mayoría de las solicitudes para incorporar un medicamento se autorizan»

«En unidades los fármacos más usados son la quetiapina y el omeprazol »

«A nosotros el desabastecimiento de fármacos nos afecta muchísimo»

Desde hace más de un año los desabastecimientos de fármacos son frecuentes en las boticas. También en los servicios de farmacia de los hospitales, en donde incluso son más preocupantes.

-¿Afectan a este servicio los desabastecimientos?

-Nos afecta muchísimo porque a veces somos el último lugar al que acude el paciente cuando no encuentra su medicamento. Si cabe nos sentimos más presionados, porque sabemos que si un usuario viene aquí es porque en la oficina de farmacia no ha encontrado el fármaco. Todos los días tenemos que gestionar desabastecimientos en el uso hospitalario, sobre todo antineoplásicos intravenosos para el cáncer.

-¿Cómo se solventan?

-Primero intentamos otro proveedor, y si no hay lo comunicamos a la subdirección de farmacia, para que lo importe o averigüe qué ocurre con el fabricante. A veces, cuando hay un desabastecimiento, tenemos que recurrir a la formulación magistral.

-¿Hubo algún desabastecimiento preocupante?

-Últimamente el de mayor impacto fue el fibrinógeno, que afectó a las cirugías.

-¿Se están tomando medidas?

-Los responsables están cada vez más concienciados, así que no nos sentimos solos.

-Este servicio fue el primero en desarrollar los comprimidos de metadona.

-Fuimos pioneros en desarrollar la forma farmacéutica de los comprimidos de metadona, y somos los únicos que los elabora en Galicia. El año pasado distribuimos 3,5 millones de comprimidos a las unidades de atención al drogodependiente.

-También tienen e-consulta.

-Arrancó en el 2018 porque vimos que era una necesidad, ya que nos comunicábamos a golpe de correo o teléfono con los farmacéuticos de primaria. Al principio tuvimos muchas, ahora una media de dos al día.