Aparecen nuevas evidencias de la Catedral románica a raíz de la obra de rehabilitación

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Los estudios previos permiten localizar en el transepto una de las nueve torres descritas en el Códice Calixtino

18 ago 2019 . Actualizado a las 22:40 h.

La rehabilitación de la catedral de Santiago sigue a pleno rendimiento. Las grúas, andamios y material de obra se abren paso en un interior atípicamente vacío, patios, cubiertas y fachadas, pero la basílica no ha cerrado las puertas. «Está abierta por obras», indica Daniel Lorenzo, director de la Fundación Catedral, para que los visitantes y files (se mantiene el culto diario en la capilla de la Corticela) puedan disfrutar de este emblemático espacio, aunque sea escudriñando entre las estructuras metálicas que rodean estos días al monumento. La intervención avanza al ritmo esperado y, hasta el momento, no ha habido contratiempos inesperados que retrasen la ejecución, señala Lorenzo. En su lugar, añade, lo que están apareciendo con los trabajos previos, mediciones de volúmenes y catas son nuevas evidencias, especialmente de la etapa románica, que «nos permiten tener un mayor conocimiento a nivel arqueológico y constructivo».

Entre los elementos arquitectónicos que han salido a la luz a raíz de las obras de rehabilitación está una torre que pertenecía a la primera construcción de la basílica (la menos conocida, dadas las reformas posteriores), de la fase gelmiriana, que data del siglo XII.

«Se sabían que existía, pero ahora encontramos la huella arqueológica en las cubiertas. Se ha localizado perfectamente una de las nueve torres cilíndricas, sobre base octogonal y a su vez asentadas en plataformas cúbicas, que ya figuraban en el Códice Calixtino. Siete torres con esa configuración salían sobre las fachadas y dos sobre el transepto, en la zona en la que se cruzan la nave principal y la transversal. Allí es donde se ha hallado la huella de una, tanto del pedañeado hasta donde se conservó como el elemento estructural», explica el director de la Fundación Catedral.

Cubierta pétrea antigua

Además, se ha localizado una cubierta pétrea muy antigua de la basílica, pendiente de datar y de analizar en profundidad en la fase de documentación que acompaña a las obras en la Catedral. Y es que, al igual que se ha hecho en la rehabilitación del pórtico de la Gloria, una de las máximas del proyecto de restauración es la de documentar y dejar testimonio escrito y gráfico para el futuro de lo encontrado y de las actuaciones llevadas a cabo.

Dentro de la Catedral, se han dado por finalizadas las catas, estudios previos y pruebas técnicas de implantación. Y, definido ya el proyecto, la obra en los paramentos interiores está en plena ejecución. Esta semana se desmontaban los andamios instalados a la altura de la tribuna del Pórtico y ya se pueden ver las bóvedas de los primeros ámbitos de este espacio. Lo que no se moverá del sitio, hasta que acaben las intervención en el interior de la basílica, es la estructura de madera que separa la obra escultórica del Maestro Mateo del resto, a fin de protegerla del polvo y elementos en suspensión que se puedan levantar con las obras.

En la fachada este, se está trabajando en la fase de estudios preliminares para proyectar las actuaciones en cada ámbito y definir qué hay que limpiar, consolidar, fijar o intervenir de alguna manera. Y desde el interior del claustro funciona ya la grúa introducida por piezas el mes pasado.

Lorenzo indica, además, que ya se ha licitado por parte de Fomento las escalinatas, criptas y grifería del Obradoiro, así como algunas otras actuaciones que se van a acometer en el interior de la Catedral y que no entrarían en el convenio que se está desarrollando. «Están pendientes de licitación las obras de la fachada de A Quintana y del patio de Abades. Calculo que hasta finales de este año se podrá hacer la implantación de obra. Tanto esa como la del paramento norte de la basílica hacia el exterior, que da al patio Xelmírez y terrazas, aportan agua al monumento», apunta.

«Más adelante puede haber alguna dificultad para el abrazo al Apóstol»

La rehabilitación de la Catedral no está interfiriendo en su visita, una parada obligada para los miles de peregrinos y turistas que en esta época llegan a Compostela. Toca, eso sí, hacer cola en horas punta para entrar por la puerta de Praterías, que solamente se cerró algún día a causa de las obras y en su lugar se habilitó la entrada por la Acibechería. Una estructura metálica protege a los visitantes que van a entrar en la basílica de los objetos que pudieran desprenderse. En cuanto al abrazo al Apóstol, el director de la Fundación Catedral, Daniel Lorenzo, advierte que «más adelante puede haber alguna dificultad para acceder, porque va a haber más elementos ubicados en esa zona que interrumpan el paso».

En este momento, en el altar mayor «están muy avanzados los trabajos preliminares». Se puede ver, por ahora, un apeo provisional (en espera de la estructura de refuerzo). Destaca Lorenzo el estudio hecho en torno a las policromías, del aparato de madera y de la propia estructura monumental del baldaquino. Por otra parte, tras una cuidada restauración de la lámpara y candelabros de Luigi Valadier (la orfebrería italiana del XVIII que ilumina el altar mayor) por parte de la Fundación Catedral, entre octubre y febrero abandonarán su emplazamiento para formar parte de una exposición sobre el autor que habrá en la Galería Borghese (Roma).