Ellos probaron que la brocha gorda desestresa y han sido premiados

Por Patricia Calveiro

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

Una campaña «made in» Santiago obtiene dos trofeos en el festival internacional Publifestival

15 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Cada vez son más los que recurren a la arteterapia en momentos de agobio para desconectar y bajar el pulsómetro de revoluciones. Pintar un cuadro puede llegar a ser relajante. Pero también desestresa la brocha gorda. Eso fue, precisamente, lo que demostró TasteLab, una spin off de la Universidade de Santiago, como parte de un encargo publicitario. Este venía de la Asociación Española de Fabricantes de Pinturas y Tintas de Imprimir (Asefapi), tras conocer a través de un estudio que pintar la casa era considerado para la mayoría un incordio, a pesar de que una vez finalizada la tarea reconocían haber disfrutado con ella. De ahí surge la campaña Pinta la vida, que pretendía probarlo mediante un experimento científico. Para ello, se contó con la empresa de análisis sensorial formada por profesores de la USC, con Maruxa García Quiroga al frente y Lourdes Vázquez Odériz, Nieves Muñoz Ferreiro y Ángeles Romero Rodríguez como cofundadoras. Un sensor de ondas cerebrales, siete voluntarios para el bricolaje y muchos litros de pintura dieron como resultado el anuncio y documental premiados en el Festival Internacional de la Publicidad Social, conocido como Publifestival, que le otorgó los trofeos a la mejor ejecución en identidad corporativa y la mejor estrategia en proyecto social. María Ángeles, experta en análisis sensorial, explicaba en la presentación del proyecto que emplearon una diadema para este experimento: «Es una técnica de electroencefalografía. Utiliza unos electrodos que se colocan en la cabeza y que miden la corriente eléctrica del cerebro. Es decir, lo que va a medir son las ondas cerebrales y lo transformamos en medida de emociones». «Para eso creamos tres momentos. El primero es antes de pintar, para saber cuál es el estado emocional base del consumidor. Después, ya pintando. Y también el estado final, el grado de satisfacción tras verlo todo pintado», relata Maruxa, quien indica que se examinaron «seis parámetros concretos que son el estrés, el compromiso, el interés, la relajación, la excitación y la atención hacia lo que estaban haciendo en ese momento». ¿El resultado? «Pudimos evidenciar científicamente que el grado de estrés se reduce de forma significativa después de pintar», añade. Así lo comprobaron con la colaboración de Miguel (75 años), Ana (44), Miguel Ángel (57), Lino (65), Jacobo (28), Patricia (40) y Pablo (31).

Ardura en Val do Dubra

Puede pasearse por las calles sin que lo paren cada dos pasos. Sin embargo, Paco Ardura ha trabajado con directores de la talla de David Lean, Sergio Leone o Anthony Mann, y sus caballos los han montado desde Russell Crowe hasta Sylvester Stallone o el propio Mel Gibson en Braveheart. El empresario cinematográfico madrileño, propietario del poblado Fort Bravo donde se ruedan los wéstern, vive actualmente entre Almería y Sevilla. Pero, cada vez que tiene oportunidad regresa a Galicia, sea verano o invierno, para reunirse con la familia. Con ellos disfruta desde hace una semana y permanecerá otro tanto tiempo en Val do Dubra, en la casa de Arabexo que tiene la familia de su mujer, María Rey. Ardura se acercaba ayer hasta Compostela, donde también está emparentado con los propietarios de O Piorno (Caldeirería) y el Bodegón de Xulio (Franco). Luego, fueron a comer a uno de los templos gastronómicos de Dubra, el restaurante San Cristóbal , en Portomouro.

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Herrera, en el Camino

Publica Vanitatis, sobre la separación bien avenida entre Mariló Montero y Carlos Herrera, que comparten lugar de vacaciones, una casa en Sanlúcar de Barrameda, donde él habría celebrado su 62 cumpleaños el pasado mes. Tras ello y la despedida de temporada radiofónica, el conocido periodista tomó rumbo al norte para hacer el Camino de Santiago. Fueron diez días de caminata antes de su regresó a Cádiz, apunta la revista.