Un coche fúnebre para cazar morosos en Galicia

tania taboada REDACCIÓN / LA VOZ

SANTIAGO

CEDIDA

Generalmente son mal recibidos, dice el director de la empresa con sede en Santiago dedicada a reclamar deudas

06 ago 2019 . Actualizado a las 13:45 h.

Viajan en vehículos fúnebres y turismos rotulados bajo el lema «La Funeraria del Cobro» y «El Buda del Moroso» y se presentan en los domicilios de los que supuestamente tienen deudas económicas. Estas dos marcas, regidas por la sociedad Gestión Reina Galicia, las dirige Ángel Jiménez (Sevilla, 1971) y la oficina central se encuentra en el polígono del Tambre, en Santiago. Para esta compañía trabajan unas 30 personas, cuya misión es presentarse en domicilios de presuntos morosos reclamando de forma llamativa la deuda. «En Galicia tenemos más de 3.000 morosos con deudas de hasta seis millones de euros. Hay gente que no puede y otra que no quiere pagar. Abunda lo segundo y acaba pagando por la vergüenza de vernos a nosotros», explica.

Según cuenta, en la mayoría de las ocasiones no son bien recibidos y como última experiencia, la de hace unas semanas en Begonte. «Fuimos a una vivienda de Damil y la propietaria recibió a dos de mis empleados a manguerazos de agua, llamó a la Guardia Civil y puso una denuncia», afirma el responsable de esta sociedad.

Tras viajar por las tres oficinas de España, ubicadas en Madrid, Málaga y Murcia, Ángel Jiménez llegó a Galicia, donde lleva seis años. «Llegar al mundo del cobro no se hace por vocación. Cuando se llega aquí es porque te ha ido mal, buscas trabajo y lo coges. Después, ves que puedes ganarte muy bien la vida», explica este sevillano afincado actualmente en Arzúa.

«En estos dos años sacamos la marca por llamar la atención. La Funeraria del Cobro es un reclamo publicitario con su 902 para que la gente nos llame. Cuando empecé en la empresa, los recursos eran muy pobres, pero llegué a triplicar la facturación. Compré el primer coche fúnebre que me costó 1.000 euros en Tordoia y tuvo un éxito excelente. Alguien que ve un vehículo de estas características en la aldea, lo primero que te pregunta es quién ha muerto», dice Ángel Jiménez, que insiste en que la principal función es captar clientes y recuperar su deuda.

Normalmente, y según indica, el afectado los reclama o un comercial ofrece servicios tras presentarse en negocios donde le deben dinero. En ese momento, si esa persona tiene deuda suscribe un contrato de servicio con la sociedad. «Nos aporta información que tiene sobre ese deudor: facturas, nombre y apellido... y en función de eso, investigamos. Cuando tenemos ese informe, intentamos notificarle al deudor que por vía extrajudicial y amistosa podemos llegar a un acuerdo. Cuando el deudor quiere negociar, negociamos; si nos pide aplazamiento se le hace un plan de pagos por parte de nuestro departamento jurídico», afirma Ángel Jiménez, que añade que las deudas a las que se enfrenta oscilan entre los 100 y seis millones de euros.

El gerente añade que la sociedad lleva numerosos temas por vía jurídica. «Si el modus operandi es no pagar a nadie, hacemos un informe de indagación, y si hablamos de un golfo, le advierto que vamos a preguntar a todos sus vecinos si vive bien, en qué tienda compra, qué clase de productos...», relata Jiménez, que añade que sus actuaciones son un negocio y si están detrás de una persona que no puede pagar, nada pueden hacer. «Esto es una contratación y hay varios tipos de porcentajes. Se valora todo el estudio que se lleva a cabo antes de ir a ver el deudor. Si el cliente nos paga unos honorarios iniciales para la investigación, ese cliente puede llevar el 70% y nosotros el 30%. Si el cliente dice que no quiere pagar nada, quedamos en 50% y 50%. Si no se cobra, nada le cuesta al cliente», indica Ángel, que aclara que a su empresa les paga el deudor, viven a través del cliente pero del moroso.

Según avanza el director, a partir de septiembre cobrarán deuda. «Trabajamos con un contrato de prestación de servicios pero a partir de septiembre vamos a comprar deuda, algo que nadie hizo en el mundo del cobro. Yo voy a negociar contigo, me vas a presentar la documentación, la voy a analizar y en función del beneficio que yo pueda sacar te la compro o no», concluye.