Hubo un fuerte dispositivo de seguridad en el entorno de la Catedral y San Martiño Pinario
27 jul 2019 . Actualizado a las 02:05 h.En su día grande, Compostela se despertó bajo un chirimiri que calaba, pero el mal tiempo no impidió que la gente saliese a la calle para seguir disfrutando de la fiesta. Sin temor a la lluvia, los cabezudos volvieron a hacer acto de presencia, alegrando por igual a pequeños y mayores. Salieron a las 12.30 del Teatro Principal y recorrieron las principales calles del centro histórico, cuando ya se aproximaba a esta zona la cabeza de la manifestación del BNG.
El fuerte dispositivo de seguridad montado en torno al acto de la Ofrenda fue más amplio que en otras ocasiones, al tener que abarcar el recorrido desde el Obradoiro hasta San Martiño Pinario. El amplio dispositivo policial, incluyó, entre otros medios, cinco furgones y un camión de la Policía Nacional en la avenida de Xoán XXIII y agentes patrullando las calles de los alrededores, tanto a pie como en coche y a caballo. Además, las entradas al Obradoiro estuvieron cortadas toda la mañana con vallas y más furgones. La policía también revisó los bolsos y mochilas de toda la gente que pasaba, impidiendo el acceso a los peregrinos con bicicletas y con mochilas grandes a los que se les indicaba donde estaba la consigna, en el pabellón Lorenzo de la Torre, para dejar sus pertenencias. Tampoco pudo operar el tren turístico que sale del Obradoiro y que retomó su actividad a las tres de la tarde.
Sin embargo, los grupos de peregrinos siguieron llegando al Obradoiro, 2.104 hasta el mediodía. La Asociación de Senderismo de Carmona (Sevilla) celebró el final del camino cantando Resistiré «aunque los vientos de Galicia soplen fuertes», para alegría de los turistas que les miraban curiosos e incluso grababan el momento con sus móviles. Empezaron el recorrido en Ferrol por el Camino Inglés y seis días después llegaron a Santiago. El presidente de la asociación, José Francisco Correa, aseguró que el mal tiempo no era un problema -«hoy es el mejor día, el más fresquito»- y que van a aprovechar los días que le quedan de vacaciones en Santiago antes de volver al trabajo el lunes. Aunque no descartan volver el próximo año para hacer el recorrido final hasta Fisterra.
Otro punto de bullicio fue el mercado de ganado de Amio, con muchos ganaderos y, muchos más, curiosos. En total se vendieron 464 animales, de los que 403 eran ganado equino, con un valor total de 485.357 euros.
Y mientras el resto de España padecía la ola de calor, en Santiago la lluvia dio un respiro a última hora de la mañana, y vecinos y visitantes aprovecharon para continuar la fiesta en las terrazas.