La comarca bate un récord de acogida de niños saharauis desde que empezó la crisis

SANTIAGO




















Entre Ames, Santiago y Brión se abrieron las puertas a 27 menores, casi el doble que el año pasado, y 16 vienen por primera vez
08 jul 2019 . Actualizado a las 23:27 h.Aisha llegaba ayer al aeropuerto de Santiago, donde la esperaba su madre de acogida, Esther Ybarra, con la que ha pasado los últimos veranos en el Milladoiro y quien le ha permitido descubrir que es celíaca. Ella es solo una de los 330 niños del Sáhara de entre 9 y 12 años que pasarán el verano en Galicia a través del programa Vacacións en paz. La mitad de ellos aterrizaron en Lavacolla tras un largo viaje desde Argel, el cual comenzó el día anterior en una furgoneta que recorrió el campamento de refugiados y acabó en sus nuevos hogares. El segundo avión, con el resto de los menores, tomará tierra el martes. Algunos de ellos se quedarán, al igual que Aisha en la comarca, que ha batido un récord de acogida desde el bajón registrado a raíz de la crisis económica hace 10 años.
Entre Ames, Santiago y Brión se abrieron las puertas este año a 27 menores, casi el doble que el año pasado, y 16 de ellos han tenido la posibilidad de participar por primera vez en Vacacións en paz gracias a ello. Se da el caso, incluso, de alguna vecina de Compostela que acogerá en su casa hasta a tres pequeños en esta ocasión. Pero los verdaderos protagonistas ayer eran los niños. Los nervios se apoderaban de los que pisaban por primera vez un continente nuevo y se enfrentaban a una realidad muy distinta a la que conocen, mientras que los repetidores contaban los minutos para abrazar a sus familias gallegas.
Encuentro en Milladoiro
En el autobús que va del aeropuerto a los puntos de encuentro, los ánimos se dispararon entre los saharauis, que hicieron el trayecto cantando y llenos de expectación. En el centro sociocultural de Milladoiro esperaban ansiosas las familias de la comarca de Santiago, y también las de la zona de Barbanza y Carballo.
Por delante quedan dos meses, hasta que toque el regreso. Durante este tiempo, los pequeños tendrán un respiro de los 50 grados que soportaban en los campamentos de refugiados, al tiempo que podrán acceder a revisiones médicas y mejorar notablemente su calidad de vida, empezando por la alimentación y las condiciones higiénico-sanitarias. Un acuerdo con el Sergas permite que disfruten de cobertura sanitaria durante su estancia en Galicia. Esto hace posible que muchos de los menores que nunca se han hecho análisis puedan detectar posibles enfermedades, desde diabetes o celiaquía (como en el caso de Aisha) a otros problemas más graves; realizar una revisión ocular; ir a su primera visita al dentista o someterse a una operación quirúrgica con todas las garantías, en el caso de que sea necesario.