La premura de los plazos rebajará el alcance de la revisión del vial de Sar

La Voz SANTIAGO / LA VOZ

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XOAN A. SOLER

El PSOE aspira a mejorar el proyecto redistribuyendo espacios, pero manteniendo usos

05 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El nuevo gobierno no podrá desarrollar el proyecto que pretendía en la avenida Clara Campoamor (vial Sar-Pontepedriña), el acceso natural a la futura estación de autobuses que se construye al lado de la de Renfe. Tampoco mantendrá exactamente la solución que había aportado Compostela Aberta hacia el final del mandato y que solo quedó pendiente de la licitación de la obra. Pero será esta última la que determine en buena medida la intervención.

Constreñido por los plazos que marca el avance de la terminal de buses, el ejecutivo de Bugallo tiene poco margen de maniobra. Lo sabe y está intentando introducir al menos los ajustes que considera imprescindibles para mejorar la accesibilidad de los autobuses y la movilidad en la zona del resto de los usuarios, sobre todo la peatonal. Porque se mantendrán todos los usos previstos por CA, incluido el carril bici, aunque redistribuyéndolos en algún caso.

La construcción de la estación de autobuses por parte de la Xunta marca esa urgencia en primera instancia: el ritmo de las obras apunta a que concluirá para el verano del 2020. Pero también apremia el Xacobeo. Aunque Xosé Sánchez Bugallo no renuncia a mejoras en la propia estación ferroviaria previas y posteriores al año santo, no sería entendible que disponiendo de una terminal de autobuses vecina a la del tren no entrase en funcionamiento para entonces por carecer de accesos. Así que la solución urge.

Y ya se está articulando una alternativa que permita tener esos accesos para agosto del próximo año, aunque no sea aquella a la que aspiraba el socialista cuando pidió a Compostela Aberta que no licitase las obras al final del mandato, como preveía, aunque finalmente a CA tampoco le dio tiempo a hacerlo. El tiempo y el espacio no permitirá más que una redistribución de usos sobre la plataforma actual. Cómo, lo dirán los estudios que Raxoi prevé sobre la movilidad en el entorno (teniendo en cuenta sobre todo el eje del Restollal y Amor Ruibal) y la reelaboración del proyecto en función de sus resultados y de las consignas que marque el gobierno local. Pero, en principio, el ejecutivo ya descarta separar, como pretendía CA, la rodadura para bicicletas en dos zonas. Alejará con ello a los ciclistas de la margen de acceso a la estación, lo que dará más continuidad, entiende, al servicio público y sacará a los ciclistas de la zona con mayor movilidad de autocares. El carril bici se irá hacia el lateral que da a las brañas de Sar. No es lo que pretendía inicialmente Bugallo, que con otro calendario aspiraba a ganar espacio a la primera línea de las brañas para el ámbito de pedaleo. Pero no hay tiempo para expropiaciones ni para aplazamientos más allá de los dos o tres meses en que Raxoi estima que llevará reconducir el proyecto para licitarlo.

Compostela Aberta planteó un bulevar con dos carriles que derivaría el tráfico al túnel del Hórreo

Al final la propuesta del nuevo gobierno municipal para Clara Campoamor puede quedarse a medio camino entre la idea pretendida por el equipo de Bugallo y la que planteó Compostela Aberta. El gobierno socialista no podrá llevar adelante el dibujo que quería porque su concreción está limitada por la ubicación del acceso de los autobuses a la futura estación, en el norte de la terminal y no en la parte más próxima a Pontepedriña, y por la imposibilidad de realizar nuevas expropiaciones de suelo en la zona. Así que tendrá que encajar una solución que será más próxima de lo previsto al diseño de Compostela Aberta, que consistía en un bulevar que primaría el tránsito de peatones, bicis y buses sobre el de los vehículos que diariamente usan el vial para desplazarse con celeridad entre la avenida de Lugo y el Restollal.

Aquel diseño, más radical en su apuesta por primar la circulación de peatones, reducía los cuatro carriles de Clara Campoamor a solo dos, lo que abocaba a reordenación del tráfico en esa zona para dar una alternativa a los casi 5.000 vehículos que cada día emplean ese vial. Con ese objetivo, el equipo de Noriega barajaba canalizar esos desplazamientos entre el periférico y Pontepedriña a través del túnel del Hórreo y del vial Santiago de Cuba (SC-11), un trazado que sigue estando infrautilizado respecto a su capacidad para absorber el tráfico de salida y entrada con dirección Ourense. CA esgrimía que Clara Campoamor fue ejecutada originalmente como una vía de un solo carril por sentido y que fue «repintada» para las obras del túnel del Hórreo.