Ortiga, el santiagués que arrasa en los festivales con su verbena moderna

SANTIAGO

Paco Rodríguez

Este joven de 24 años del barrio de Fontiñas lleva unos cinco años en la música a nivel profesional

04 jul 2019 . Actualizado a las 18:55 h.

Se ha convertido en una de las caras habituales en los festivales nacionales. El santiagués Manuel González está arrasando con su proyecto en solitario, Ortiga. Este joven de 24 años del barrio de Fontiñas lleva unos cinco años en la música a nivel profesional, aunque sus primeros pinitos en este mundo fueron con 12 años, cuando comenzó a tocar la guitarra. Su propuesta fresca y desenfadada (entre la verbena, la salsa y el merengue), sigue la línea del dúo que formó entre el 2017 y 2018 junto a otro compostelano, Esteban. Ambos se convirtieron en los padres del cumbiatune (echando mano del autotune) y reyes absolutos de la sesión vermú. El grupo se disolvía definitivamente en enero, pero la mitad melenuda de Esteban y Manuel tenía un plan b entre manos y empezó a hace un año a escribir canciones propias. «O dúo funcionaba moi ben e tiña ganas de saber se podía saír adiante eu só. A verdade é que os concertos funcionan súper ben e están saíndo moitas actuacións», cuenta. Como Ortiga, la campaña de festivales empezó ya en mayo y, para acabar de presentarse en sociedad, la lista es larga. Son una docena y media, incluida alguna parada fuera de España, como la del día 21 de este mes en Inglaterra, para tocar en ¡Vamos! Festival. Muchos de los fans que tenían Esteban y él forman parte ahora de la legión particular de Ortiga, que demostró el mes pasado en O Son do Camiño que es capaz de mover público y de animar como nadie al personal. Manuel se sirve de trompetas, acordeones y ritmos latinos para desatar los bailes y «sentirme máis libre» cantando y tocando. ¿Lo que más le gusta del mundo festivalero? «É que teño que viaxar e a maioría dos sitios onde vou nunca estivera antes: Cataluña, País Vasco... Está xenial, porque estou coñecendo moitos lugares novos e tamén tes a oportunidade de falar con artistas e xente á que admiras», responde el compostelano, quien compaginará este verano sus actuaciones en solitario con las de su grupo, Boyanka Kostova (pioneros del trap gallego). Con Ortiga, el tema O Solar ya empieza a pegar. ¿Será la canción del verano? «Oxalá... O certo é que está tendo moitas visitas», dice Manuel. 

Andrea Regueiro

4 de julio, como en casa

El 4 de julio se celebra por todo lo alto en USA, donde desfiles, barbacoas y fuegos artificiales conmemoran el Día de la Independencia, en el que se proclamó la separación definitiva del imperio británico. Los estadounidenses que están en Santiago pueden sentirse como en casa regalando a sus papilas gustativas los auténticos sabores made in EE. UU. No hace falta que pidan a sus familias que les envíen un cargamento de salsa barbacoa y crema de cacahuete. Desde hace unos años, pueden encontrar estos productos en Snackies, una tienda de comida americana en pleno casco histórico compostelano. Detrás del negocio están Guillermo Álvarez Salgado y su padre, Fernando Álvarez Robaina, aunque tras el mostrador suele verse al primero de ellos, quien se crio en Canadá. Con la idea de dar a conocer los sabores de su infancia y compartirlos con aquellos que los han probado en algún momento de sus vidas, abrieron el negocio de la Caldeirería que ya cumple su quinto 4 de julio. «Aquí no se suele celebrar mucho», dicen. El producto que más casa con la fiesta nacional es la salsa barbacoa, un indispensable que no falta entre los más de 700 que ofrecen. Entre sus hits, el té helado más bebido en USA (Arizona), las chocolatinas líderes en EE.UU. y Canadá de crema de cacahuete (Reese’s) o los icónicos cereales en forma de aros de colores de Froot Loops. «También piden mucho todo lo que sale en cine y televisión, como la cerveza de mantequilla de Harry Potter (refresco sin alcohol, por cierto, porque no se venden bebidas espirituosas en Snackies)», indican.

 

XOAN A. SOLER

Desde Holanda

Desde Holanda, llegaron a Compostela dos peregrinos que no pasaron desapercibidos por las calles de la ciudad, Adriano y Angelique Simons, quienes hicieron el Camino de Santiago desde Salamanca. Completaron en 20 días el recorrido en sus sillas de ruedas adaptadas, con las que ya desembarcaron años atrás en el Obradoiro, luciendo igualmente la bandera holandesa a su paso.