El primer tramo de la A-54 clama por una reforma tras 20 años en servicio

s. lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Su degradación recibe a los miles de turistas que cada año llegan a Santiago en avión

17 mar 2021 . Actualizado a las 10:41 h.

El tramo de la A-54 que agiliza la conexión entre Santiago y el aeropuerto, y que lleva más de 20 años ejerciendo de señuelo del viejo compromiso político de conectar la capital con Lugo por autovía, no está para muchos trotes. Su trazado, que es el primero de una red gallega de alta capacidad que ven las decenas de miles de turistas que cada año llegan a Compostela en avión, presenta un firme en avanzado estado de deterioro. Sus deficiencias, sometidas hace unos días al maquillaje de un rebacheo insuficiente, se han hecho especialmente notorias tras la apertura del tramo que ha convertido Arzúa en un nuevo, y atractivo, candidato a núcleo dormitorio de la ciudad.

El ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, anunció durante una escala compostelana en la reciente campaña de las municipales la apertura de un trazado que entró en servicio en vísperas del 26M. Lo hizo 20 años y cuatro meses después de que Aznar, con Arias Salgado al frente de las obras públicas, cortara la cinta del ramal que lleva a Lavacolla. Por la gestión de la A-54 han pasado varios inquilinos más en el Gobierno y en el Ministerio de Fomento sin que el deterioro de ese primer tramo mereciera la atención de ninguno. Y las consecuencias las padecen los cientos de usuarios que utilizan a diario el vial, cuyo utilidad principal sigue siendo el enlace con la terminal aeroportuaria. Porque, tanto o más que la dilación en ejecutar infraestructuras nuevas, el drama ahora es el errático mantenimiento de las existentes.

Aunque Fomento se decidió a actuar ante las críticas vertidas sobre el estado del primer tramo cuando puso en servicio el segundo, en realidad las obras ejecutadas reproducen el mismo patrón empleado en el periférico que circunvala Santiago, también dependiente del ministerio e igualmente salpicado de grietas y baches. Como allí, Fomento se ha decantado por obras que mitigan el problema pero no lo solucionan. Donde urge un nuevo asfaltado de todo el trazado se aplican parches puntuales que empezarán a levantarse cuando se vaya el verano y regresen las lluvias. Así está sucediendo en el periférico, otro vial que sigue esperando por una actuación integral que trascienda los ocasionales zurcidos.

Despistes en la glorieta de la N-634 por una señalización insuficiente

Una insuficiente señalización puede inducir a error a los conductores que circulan hacia Santiago por la N-634 en la rotonda donde se toma el carril de conexión de esta carretera con la autovía A-54, Lugo-Santiago.

Sobre todo de noche, y si no se conoce la zona, es fácil seguir por el tramo que da continuidad a la N-634, en dirección Curtis-Santiago, hacia el lugar de Amarelle, un vial recto, ancho y de doble dirección, con línea continua, que ha quedado únicamente como entrada y salida del citado núcleo y para facilitar el acceso a la pista que constituye el último tramo del Camino Francés, de Amarelle y Amenal (este punto en la N-547, Lugo-Santiago) hasta Lavacolla y el casco urbano compostelano.

Sin embargo, para entrar en la A-54 en dirección a la capital, en vez de tomar la primera salida, indicada hacia Amarelle, hay que seguir en la glorieta y coger el segundo ramal, un enlace de un solo carril que confluye en la gran rotonda que conecta a distinto nivel tanto la N-634 como la N-547 con la A-54 en ambas direcciones, Santiago y Arzúa.

Las obras siguen su curso en una infraestructura que no llegará a Melide antes del 2022

La apertura al tráfico, hace cinco semanas, del trazado que da continuidad hasta Arzúa a la autovía de Lavacolla no tendrá continuidad a corto plazo con la puesta en servicio de nuevos tramos. De hecho, la conexión entre Arzúa y Melide ni siquiera estará lista para el próximo Xacobeo del 2021, ya que la programación plurianual de los Presupuestos todavía consigna importantes partidas de inversión para un año después.

Las demoras jalonan la gestación de la A-54, a pesar de que se trata de una infraestructura crucial para garantizar la salida directa de Santiago hacia la Meseta por vía de alta capacidad. Tras años de bloqueo, las obras de la autovía despegaron realmente cuando Fomento empezó a inyectar financiación. Fue en la etapa en la que Ana Pastor dirigió Fomento. Desde entonces, el ministerio está cumpliendo su calendario. Lo hizo cuando anunció para este año la apertura del trazado entre Lavacolla y Arzúa. Ahora la previsión es que los que conectarán esta localidad con Melide, y el siguiente hasta Palas de Rei, estén para el 2022.