Prioriño, Punta Candieira y Bares, los únicos faros de la provincia habitados

ana f. cuba FERROL / LA VOZ

SANTIAGO

Cedida

El cierre de las torres contrasta con el creciente interés turístico que despiertan

24 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Miguel García Cernuda lleva «treinta y tantos años» en el faro de Punta Candieira (Cedeira), uno de los puntos de Galicia donde se registran vientos de mayor intensidad. «No es ningún mérito, pero vivir aquí claro que marca», apunta este madrileño que el viernes por la mañana tuvo que subirse a una embarcación para reparar una baliza en medio de la ría cedeiresa. Esta es una de las tres torres que continúan habitadas en la costa de A Coruña, con 25 faros, junto a Prioriño (Ferrol) y Estaca de Bares (Mañón).

Ignacio Fernández, responsable de sistemas de ayuda a la navegación de la Autoridad Portuaria Ferrol-San Cibrao, con once faros a su cargo (entre las provincias de A Coruña y Lugo), explica que la falta de torreros, una profesión a extinguir, no implica desatención: «Están automatizados, monitorizados, todo va por telecontrol, y los cuatro fareros que aún tenemos en esta zona [incluida la de San Cibrao] visitan semanalmente los que están cerrados [con las viviendas desocupadas] para el mantenimiento».

El propio García Cernuda admite que la figura del farero «ya no es imprescindible; sí hace falta gente que lleve los faros y si no hay farero son más vulnerables, la presencia da seguridad». El cierre de dependencias, progresivo a medida que se jubilan los profesionales, contrasta con el creciente interés turístico que despiertan estas instalaciones, ubicadas, casi siempre, en lugares de extraordinaria belleza.

Desde la AP de Vilagarcía confirman que los proyectos de aprovechamiento turístico (para uso hotelero) de los faros de Lariño, en Punta Insua (Carnota), y Corrubedo (Ribeira) «están en marcha, con los concursos ya resueltos, en un caso ya con otorgamiento de la concesión». Para las torres dependientes de la AP de A Coruña no existen iniciativas de este tipo y en la AP de Ferrol-San Cibrao se baraja una propuesta, aún sin concretar, para Estaca de Bares.

Las señales marítimas ya son referencia para la Ruta dos Faros de Galicia, desde A Guarda a Ribadeo. «Esta iniciativa partiu do GALP Costa Sostible -indica su gerente, Manuela Oviedo-, e agora cooperan todos os grupos. É unha ruta pensada para recorrer en coche, con establecementos asociados, a través de MarGalaica Turismo Mariñeiro». Hospedajes y restaurantes empiezan a percibir ya sus efectos.

«Acabo de jubilarme, he sido la última farera de la Costa da Morte. Fueron 46 años»

A Cristina Fernández Pasantes (Camariñas, 68 años) le cuesta acostumbrarse a la vida fuera del faro de Cabo Vilán. El 12 de abril se retiró, después de cerca de medio siglo de oficio. «Acabo de jubilarme, he sido la última farera de la Costa da Morte», comenta con cierta pesadumbre y mucha morriña. «Aún estoy descolocada, fueron 46 años, toda una vida; pensaba que estaba preparada, había madurado mucho la decisión desde los 65 y fui dilatándolo en el tiempo, pero... Hay cosas que tienen que pasar, ahora estamos en ese tránsito», reconoce. Y agradece el apoyo «del presidente y del director de la Autoridad Portuaria de A Coruña, para que este proceso [de marcha] haya podido ser paulatino».

-Usted siempre ha defendido la figura del farero, importante aun en tiempos de automatización.

-La figura del farero es como un símbolo y también una seguridad para el marinero, aunque la tecnología haya avanzado mucho.

-¿Qué queda después de tantos años de trabajo y de vida en el faro de Cabo Vilán?

-Nuestra fuerza para defender el faro en todos los ámbitos. Recuperamos las piezas, un legado para la Autoridad Portuaria de A Coruña y un patrimonio de todos los gallegos y de todos los españoles, custodiado por la AP. Fue nuestra lucha y nuestro objetivo. Aparte de la entrega a la profesión, estaba esa otra parte, de recopilar material sobre la evolución histórica de la tecnología, que también amaba Antonio [su marido, farero e hijo de farero, fallecido]. Y que hemos seguido mis hijos y yo. Queda un legado [antiguas ópticas, radiofaros, etcétera] y el faro de Villano [denominación oficial, como figura en el edificio] tiene que ser muy bien tratado, es un símbolo de los faros de la Costa da Morte.

-Hablaba de agradecimientos...

-Sí, también quiero dar las gracias a todos los compañeros que me han apoyado en estos años y, de forma especial, a Manuel, de A Coruña, éramos iguales en el carácter, en la lucha por hacer las cosas bien y en esa defensa de los faros y de los fareros. Lo tenía como a un hijo. Luchamos juntos en muchas cosas en favor de la profesión, amábamos el faro y la profesión de farero.

El Camiño dos Faros, de Malpica y Fisterra, una ruta consolidada en apenas un lustro

«Catro amigos estaban en Malpica tomando unhas cervexas e dixeron ‘imos chegar a Fisterra’; viron que a ruta era espectacular e contárono, e como era espectacular, armouse», recuerda Traski, portavoz de la Asociación Camiño dos Faros, artífice de una ruta que nació hace seis años y medio y tardó poco en consolidarse. A aquellos cuatro amigos se sumaron otros y a su labor de voluntariado -limpiando y señalizando tramo a tramo- se debe la existencia «dunha das rutas con máis diversidade do mundo; unhas teñen as praias máis singulares, outras a historia máis particular ou as dunas, pero todo xunto, en 200 quilómetros [divididos en ocho etapas], ningunha máis», resalta.

«O importante -subraya Traski- son os faros e é toda a costa, a paisaxe, a vida, as aves, a xeoloxía, a historia... Que remates cada etapa nunha vila, a gastronomía, a tranquilidade a seguridade...». Miles de personas recorren cada temporada el Camiño dos Faros, de Malpica a Fisterra. «Veñen de toda Europa a camiñar, por todo isto e pola natureza salvaxe. E danlle vidilla e dinamizan esta costa», abunda. Una hostelera de Nemiña admite el peso de este itinerario. «Teño reservas de fóra boa parte do ano... E xa pagan cando reservan», cuenta.