Una lotera y un hostelero repartieron en Conxo los 10 millones de la lotería

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

Muchos de los premiados juegan al 57.806 en todos los sorteos desde hace años

11 jun 2019 . Actualizado a las 07:55 h.

«Quien la sigue, la consigue», comenta Isabel Mosquera Taboada, la lotera que repartió la fortuna en el barrio de Conxo. El número de la lotería nacional que repartió 10 millones de euros en el sorteo del sábado pasado se vende desde hace 20 años en la administración número 13 de la avenida de Ferrol. «Es un número al que estamos abonados desde hace tiempo. Ya se vendía cuando estábamos en García Prieto, porque lo juegan algunas empresas en Navidad y, para asegurarnos de que lo tenemos para ese día, lo tenemos todo el año», explica Isabel. De hecho, el 57.806 era el único de los números a los que están abonados en la administración de Conxo que aún no había sido premiado. «Ahora ya salieron todos, pero pueden volver a salir. Todos entran en el bombo», comenta Isabel bajo la atenta mirada de sus padres. «La jefa es mi madre, pero está de baja por un accidente de tráfico, y por eso estoy yo al frente», comenta sin dejar de atender a quienes se acercan a su administración para felicitarla. Comenta que «el premio hace que la gente se anime, y se vende más».

Aunque no revela nombres, asegura que los cien décimos premiados el sábado se vendieron entre gente conocida de Conxo, «porque están abonados a ese número. Algunos llevan años jugando el mismo cada día». Isabel señala que «en muchas casas del barrio y en empresas de Conxo hay desde el sábado muchos conocidos con un décimo que vale 100.000 euros. En Conxo desde el sábado no se habla de otra cosa». Efectivamente, así es. En la parada del autobús, el saludo entre los vecinos va acompañado de la pregunta del día: «Tes un décimo?». Entre risas y disimulos, algunos de los ganadores se descubren solos, pero prefieren mantener el anonimato.

De esos cien décimos, once se fueron a uno de los bares tradicionales del barrio, Pajueleira, donde ayer no disimulaban su alegría. Desde hace 17 años «se vende el mismo número», y el sábado llegó la «merecida suerte».

A Manuel Puente y su familia le tocaron dos décimos, pero repartió otros nueve entre «clientes habituales, que vienen a comer o tomar los vinos o el café». Ni los 200.000 euros que le tocaron, evitó que el hostelero cumpliera con uno de sus trabajos diarios, el de pelar las patatas que servirán de guarnición a la comida que preparara Rosa, su mujer y cocinera del Pajueleira. A mediodía, en las mesas del local se volvieron a reunir vecinos y trabajadores, y el tema de conversación no podría ser otro que el de localizar a quienes tuvieron el acierto de invertir 12 euros para llevarse 100.000.

Es posible que entre ellos también estuviera un trabajador de una empresa del barrio que empezó a jugar el número hace unas semanas, pero que no adquirió el boleto premiado el sábado.

Dos décimos guardados para un jugador habitual «que no pagó aún»

En la administración de loterías de la avenida de Ferrol aún quedan dos décimos guardados bajo llave, pero que tienen dueño. El padre de la lotera explica que son de un hombre que sufrió un aneurisma el año pasado y que tuvo que dejar de trabajar. «Aínda ten que pagalos», bromeó. A buen seguro, abonará los 12 euros de cada décimo, que le permitirán hacerse con 200.000 euros.

El despacho de loterías de Isabel Taboada empezó en Milladoiro y unos años después se trasladó a Conxo. En esta oficina repartieron el año pasado 680.071 euros en premios, entre ellos, una bonoloto agraciada con 175.154 euros. Además, entre 1992 y 2004 repartieron nueve grandes premios de la lotería nacional, de los que cinco fueron el primer premio de sus sorteos.