El nuevo gobierno prioriza la estación del AVE frente al enlace al aeropuerto

s. lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Bugallo avala que Fomento estudie esa conexión, pero aboga por no dispersar esfuerzos

05 jun 2019 . Actualizado a las 17:59 h.

Santiago lleva muchos años escuchando hipótesis dispares sobre una conexión ferroviaria con el aeropuerto, y todavía pueden pasar algunos más hasta que ese planteamiento llegue a cuajar en una propuesta rigurosa y con un coste asumible. Así lo entiende al menos el futuro alcalde, Xosé Sánchez Bugallo, que ve con buenos ojos que el Ministerio de Fomento atienda la demanda que le traslada el PP para que realice un estudio sobre ese trazado férreo con Lavacolla, pero que aboga por no dispersar esfuerzos y concentrarlos en las obras que considera prioritarias: la estación del AVE y los enlaces orbital y el llamado «orbitaliño».

Bugallo hace memoria para argumentar su escepticismo. Recuerda que la Xunta, en la etapa en la que Agustín Hernández estaba al frente de la Consellería de Infraestruturas, ya encargó un estudio sobre la conexión de Santiago con el aeropuerto a través de un metro ligero. «O custe ía cara os 120 ou 140 millóns de euros. E levar o tren vai costar máis», sostiene el futuro alcalde. Bugallo se refiere a una etapa en la que la opción del metro ligero llegó a alcanzar un cierto punto de maduración. Al calor de las experiencias desarrolladas en Madrid, Bilbao, Valencia y otras ciudades, el propio Consorcio consideró ese sistema de transporte como idóneo para conectar el casco histórico y el Gaiás. La idea encajaba en la apuesta del Ejecutivo autónomo, que reservaba al metro ligero un papel protagonista en su desarrollo de la intermodalidad. En ese sentido, supeditó la concreción del enlace con Lavacolla a las conclusiones de un estudio sobre su viabilidad técnica y económica. Y en ese punto aquel entusiasmo se disipó y la apuesta fue perdiendo fuelle hasta quedar en el olvido. Aunque Hernández rescató la idea en la reciente campaña de las municipales, el debate no llegó a prender, pero el Grupo Popular lo ha llevado al Parlamento para pedir a Fomento que estudie esa conexión por tren con el aeropuerto.

Frente a ese terreno que Bugallo sitúa en el ámbito de las conjeturas, el futuro regidor prioriza la estación del AVE. No se trata del proyecto de ensamblaje de la pasarela peatonal con la actual terminal ferroviaria, sino de una obra mucho más ambiciosa que, en principio, había quedado supeditada a que la actual alcance 3,5 millones de viajeros anuales. Y en el 2018 tuvo 2,7.

Disparatado umbral de viajeros

«Iso é un disparate que hai que intentar desbloquear. É unha condición que non se lle puxo a ningunha cidade, ou alomenos que ningunha aceptou», arguye Bugallo, que esgrime que con un tráfico mucho menor que el de Santiago, tanto A Coruña, como Vigo y Ourense tendrán estaciones de AVE. Con todo, el socialista considera factible que, con el aliciente de la entrada en servicio de la alta velocidad y la consiguiente rebaja en los tiempos de viaje -Madrid quedará a tres horas-, la estación compostelana llegue a esos 3,5 millones en el año santo del 2021.

«Son partidario de concentrar os esforzos nas prioridades, aínda que nos parece ben que se faga ese estudio», enfatiza el próximo alcalde de la ciudad.

Una idea con casi 30 años y varios estudios que nunca llegó a concretarse

El primer planteamiento de un tren a Lavacolla se escuchó en Raxoi hace casi 30 años. Lo formuló la entonces edila nacionalista Encarna Otero. En 1995, el asunto llegó a la Xunta, que con Cuíña de conselleiro de Obras encargó un estudio que cifraba el proyecto en 4.500 millones de las antiguas pesetas (27 millones de euros), una factura que podía reducirse a la mitad si el trazado arrancaba de A Sionlla, alternativa que no convencía a nadie. El Gobierno gallego quería tantear a Fomento, que dejó correr el asunto sin mostrar interés.

El planteamiento del tren a Lavacolla volvió a aflorar en la etapa del bipartito en la Xunta. Conde Roa espoleó un debate que después retomaría en su breve tránsito por la alcaldía. En el 2008 los grupos municipales, con el BNG a la cabeza, advertían que las administraciones debían comprometer fondos antes del 2012. Néstor Rego, entonces teniente de alcalde, sostenía que, con ese horizonte, el proyecto no tendría presupuesto antes del 2015 y el enlace no se construiría hasta el 2022. No se movió un papel.