La Banda Municipal actúo en el parque de Ramírez y las corales de Compostela cantaron juntas en la praza das Praterías
03 jun 2019 . Actualizado a las 14:00 h.Las Festas da Ascensión llegaron a su fin, y lo hicieron con una jornada dedicada en exclusiva a la música. Desde el mediodía, en varios escenarios de Compostela se sucedieron los conciertos de diferentes estilos musicales, que consiguieron atraer el interés de los compostelanos, y también de los numerosos peregrinos que inundan las calles de la ciudad. La Banda Municipal de Música de Santiago fue la primera en salir a escena, y lo hizo en el parque de Ramírez, en el pleno corazón del Ensanche compostelano. Al mismo tiempo, la Praza de Cervantes se convertía en el plató de dos conciertos del ciclo Artellando no vermú. En el primero, dirigido al público infantil, se contó con Mark Wiersma y Miquel Mosquera, que ofrecieron el espectáculo Sira e o robot. Chicharrón se encargó de poner la nota musical para animar la sesión vermú. Casi al mismo tiempo, el sonido de los tambores inundó la zona vieja con la despedida del Festival Bate Batuka, que reunió a percusionistas de toda España. Tras concentrarse en Praterías recorrieron las calles para llevar su música por toda la ciudad.
Corales de Santiago
Por la tarde, fue el turno del tradicional concierto de la Ascensión, que ofrecen las corales de Santiago desde hace años. A la cita, en la praza das Praterías, acudieron siete de las formaciones de Compostela, donde hay una fuerte tradición de música coralista tanto en los barrios como en las parroquias. Las agrupaciones participantes fueron Amigos de Compostela, Coto da Nai de Aríns, Hermano Gómez, La Salle, Santa Susana, Ponte Mantible y Xúbilo. Cada una interpretó, por separado, varias piezas de sus repertorios.
El último concierto de las fiestas de la Ascensión se cerró con la agrupación Cantorum Compostellana Coniunctio. Esta formación está integrada por voces de algunas de las corales de Santiago, que se reúnen para ofrecer conciertos coincidiendo con ocasiones especiales, como es el caso del fin de fiesta de la Ascensión. En la Cantorum, todas las voces son amateur y compaginan los ensayos en sus propias corales con los de la agrupación conjunta.