Cruz Roja ayudó a 2.077 personas en situación de vulnerabilidad social

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

NOELIA P. OUBEL

La campaña del Sorteo de Oro, que arrancó la pasada semana, supone el 20 % de los recursos de la entidad

10 may 2019 . Actualizado a las 14:06 h.

Cruz Roja Santiago llegó a lo largo del 2018 a 7.600 personas, que participaron en sus proyectos sociales tanto dirigidos a beneficiarios en situación de vulnerabilidad como a la población en general. De esas 7.600 personas, 2.077 forman parte del colectivo en riesgo de exclusión social, y de ellas, 692 están en situación de extrema necesidad. Pese a lo llamativo del número, desde Cruz Roja apuntan que se trata de una situación similar a la de años anteriores. «No hay repunte, sino estabilidad», explica Rocío Ovalle, coordinadora comarcal. De acuerdo con el balance del 2018, presentado ayer, Cruz Roja atendió a 221 personas sin hogar, y 77 de ellas están en la calle, aunque este número se puede incrementar de cara al año santo. José Luis Barreiro, presidente de Cruz Roja en Santiago, matizó que son personas que se mueven a lo largo de todo el año, siendo 15 las que están fijas en las calles de la capital.

El trabajo de la entidad no sería posible sin recursos, que en un 20 % proceden del Sorteo del Oro que arrancó la pasada semana. Las ventas de este premio que se realicen en Santiago quedan para la sede compostelana, y de ahí el interés por el evento. El 50 % de los recursos corresponde a socios, y el resto sale de ayudas y servicios.

Una de las principales líneas de actuación de Cruz Roja son los programas de empleo para colectivos vulnerables y población en general, y en estas iniciativas trabaja cada año con 350 personas, de las que el 68 % consiguen una inserción laboral. Otro de los programas pensados para mejorar las habilidades de las personas más vulnerables fue «Empezar de cero», en el que trabajó con diez personas en el 2018, y se retoma este año. Este programa se centra en la recuperación de la autoestima, control de la ira y superación del victimismo.

Uno de los colectivos con los que Cruz Roja está especialmente implicada es el de los mayores. En el 2018 trabajó con 60 personas más que en el 2017, y de los 687 mayores, 582 son usuarios de teleasistencia. Ovalle indicó que las horas de acompañamiento para hacer gestiones o para conversar en el hogar aumentaron este año debido a un envejecimiento de los mayores. La soledad es el principal de sus problemas, y de ahí que «se incida en los programas de acompañamiento».

Uno de los proyectos en los que hay una importante carencia ahora mismo es el de acogida familiar de menores, según destacó Barreiro. En el 2018, 83 niños y jóvenes fueron acogidos por familias de la zona sur de Galicia, y actualmente 30 menores esperan una familia de acogida. Barreiro llamó la atención sobre este asunto, y animó a participar en el programa como familia acogedora.

«Hay que avanzar en trabajo estratégico y coordinación con otras entidades para conseguir mejores resultados»

Tras unos años de fuerte crisis económica en los que las entidades sociales jugaron un papel fundamental para ayudar a las personas en situación de vulnerabilidad, Rocío Ovalle, coordinadora comarcal de Cruz Roja, considera que el 2019 será «el de cierta estabilidad», pero aún tendrá que seguir avanzándose en la puesta en marcha de programas e iniciativas dirigidas a ampliar la red de ayudas a más personas. Ovalle apuesta por «más trabajo estratégico y por la coordinación con otras entidades sociales para conseguir mejores resultados».

Los campos en los que se incidirá especialmente este año son los de la juventud e infancia, «porque se trata de colectivos fundamentales de cara a obtener buenos resultados en el futuro». El pasado año se pusieron en marcha iniciativas en centros educativos «para trabajar la prevención de conductas violentas», así como «para ofrecer pautas vinculadas a la sexualidad». En este caso, se trabajó con 300 jóvenes más que en el 2017.

Rocío Ovalle considera fundamental la labor de los 308 voluntarios de Cruz Roja, y apuesta por «conseguir aumentar el número de colaboradores», porque «representan nuestros mejor activo». En este sentido, apunta que en Santiago se producen dos momentos de oleada de voluntarios, «septiembre, coincidiendo con el inicio del curso; y enero, cuando nos planteamos un giro en nuestras vidas». Urimare Castillo, que trabaja en varios proyectos, entre ellos «Empezar de cero», considera que «los voluntarios recibimos más de lo que damos, y ser voluntaria de Cruz Roja me aporta autoestima, porque veo que soy válida para otras personas. Soy emigrante, estoy sola aquí; estar en Cruz Roja me aporta una red de amigos y, sobre todo, me mantiene activa; me protege y da valor a mi trabajo».