La campaña se calienta y Noriega y Bugallo entran en el cuerpo a cuerpo

r.m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

El exalcalde dice que él «está onde sempre» y que el regidor mudó «3 veces de siglas»

01 may 2019 . Actualizado a las 11:55 h.

La contienda electoral local comienza a calentarse. Con los comicios estatales ya resueltos, y a cuatro semanas de que los urnas decidan la disputa por la alcaldía, Martiño Noriega (Compostela Aberta) y Xosé Sánchez Bugallo (PSOE) han entrado en el cuerpo a cuerpo. Dialéctico, por supuesto, pero punzante. El exalcalde no dejó pasar ayer gratuitamente la pulla que le lanzó el regidor, al situarlo en la liga de los veteranos del PSOE que «lle compran o discurso ao PP».

La veteranía no parece solo cuestión de edad. En ese mismo club podría entrar Noriega: «Leva máis da metade da súa vida en cargos oficiais». Eso sí, refiere el socialista, «el por tres siglas distintas, e ata é posible que acabe nunha cuarta». «E eu, sempre no mesmo barco» y «sempre cunha visión progresista, de xustiza social, de igualdade e liberdade».

Porque «ser progresista non é defender a uns e excluír a outros», contraatacó un Bugallo que ve a Noriega «obsesionado» con él. Pero con motivos, dio a entender. Porque si algo constataron los resultados del domingo a nivel local, defiende, es que la alcaldía se dirimirá entre dos. Y no precisamente entre dos bloques ideológicos tan contrapuestos como los que marcaron la campaña de las generales, sino entre los dos candidatos de la izquierda que han tenido ocasión de gobernar, una cuestión que tampoco es menor en una justa en la que Agustín Hernández también reclama su espacio.

El candidato a la reelección proyecta sobre el socialista una imagen de rémora para la «nova clave» en que está la ciudad. Una lectura a la que no es inmune el exalcalde, quien contrapone su gestión al lado de Xerardo Estévez durante 14 años, y la propia como regidor durante otros 13, con los 4 de Noriega. Y concluye que el de CA «non foi un bo alcalde». Su gestión no acompañó a su discurso, dice: «houbo unha diferencia abismal». «As miñas -contrapone- non son propostas retóricas, son prácticas» y articuladas en un programa «progresista, para unha cidade aberta e con oportunidades».

Ocupado en programar «obxectivos realistas» y en enfocar al centro, Hernández pone distancia con la pugna personal de los candidatos de la izquierda mejor situados y su convencimiento de que la alcaldía está entre ellos: «A soberbia é mala compañeira, na vida e tamén na política». Eso sí, significa que no se conozca con qué fuerza se alineó Noriega el 28A. Pero deduce que, ya fuese En Marea o Podemos, «non debe estar moi satisfeito».