El lujo de tener cien casas para relajarse sin ir demasiado lejos de Compostela

María Rodríguez

SANTIAGO

MERCE ARES

La vinculación con el Camino está detrás de buena parte de la red de hospedajes rurales, pero la incorporación de nuevos servicios, como un spa o restauración propia de una capital europea, completan una red asequible por precios, cercanía y calidad

29 abr 2019 . Actualizado a las 09:16 h.

La teoría de la relatividad sirve para explicar muchas cosas. También el auge y la consolidación del turismo rural, que atrae a turistas que en su día escaparon de la tranquilidad y la incomunicación del campo y ahora la buscan para disfrutar del ocio. A las puertas de Compostela, con cientos de miles de peregrinos apresurándose para llegar al Obradoiro, no hay ninguno al que no le gustaría hacer un reposado alto en el Camino para disfrutar de sus casas rurales.

Santiago y su entorno más cercano tienen una oferta de alojamientos notablemente más reducida que Arzúa y apenas se equipara a Sar y A Barcala, en donde este tipo de alojamientos también tiene mucho que ver con el peso histórico del sector primario, que permitió viviendas que ayudan a comprender cuánto le debe Galicia a su campo y a sus productores.

Turismo de Galicia contabiliza en los 25 municipios del área metropolitana de Compostela 75 casas rurales, pero este número se queda muy escaso si se compara con los buscadores que utilizan buena parte de los clientes que eligen estos destinos, ya que la cifra que muestran estos espacios la eleva al centenar.

Con buena parte de la clientela de este tipo de alojamientos que procede de la misma Galicia y de otras comunidades, la crisis económica afectó en los últimos años de forma especial, pero la tendencia, reconoce el sector, pasa por una lenta recuperación.

La adaptación a la demanda de la clientela se deja sentir, sobre todo en la incorporación de servicios que poco tenían que ver con el ámbito rural, como spas, piscinas para los meses de verano y una oferta de restauración digna de cualquier capital europea. Rutas de senderismo, itinerarios de riqueza patrimonial y espacios para perder el tiempo y desconectar hasta del 3G cuadran el círculo de un lujo muy cercano.