«Me gustaría que los coros de la Catedral incluyesen mi composición»

Irene martín SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Jean-Claude Benazet, francés y profesor de español jubilado, escribió la pieza «Ultreia» hace treinta años

21 abr 2019 . Actualizado a las 02:11 h.

Llegó a Santiago con su disco recién editado, un cedé que recoge la canción para peregrinos que compuso hace treinta años. Jean-Claude Benazet (Toulouse, 1950) es un profesor de español jubilado que se enamoró del Camino de Santiago y autor de Ultreia. «Es una canción sencilla en tres estrofas y doce versos libres que lo expresa todo: la vida cotidiana del peregrino, un guiño a la historia citando la Vía Láctea de Carlomagno, y el final en Santiago y cayendo el sol en Finisterre», explica.

La grabación, producida por el músico y guitarrista José Ignacio Toquero y realizada en Valladolid, incluye tres versiones de la pieza. La principal, en francés, con voces y contrabajo; una multilingüe en seis idiomas (español, catalán, occitano, bretón, francés y polaco); y una versión coral en polaco. «En gallego también se hará -añade este peregrino-, pero aún tenemos que adaptarla; y a punto está la versión en portugués y japonés».

El estribillo es la expresión latina que repetían los peregrinos en los momentos difíciles de la ruta, cuando necesitaban darse ánimo para superarlos y continuar más lejos y más arriba: Ultreia et sus eia, Deus, adjuva nos!, según reza el libreto del disco. Benazet, que no es músico, cuenta que hizo la canción en el año 1989 cuando caminaba por la Vía de Le Puy, en territorio francés. «Desde entonces se hizo popular en el mundo jacobeo, gracias al actual párroco de la iglesia de Santiago de Logroño, José Ignacio Díaz. Le gustó la canción y decidió cantarla cada día en la bendición del peregrino, en Grañón al principio y en la capital riojana ahora», añade su creador. «Me gustaría que los coros de la catedral de Santiago incluyesen en su repertorio mi canto para peregrinos», según expresa. Con esta ilusión de hacer más popular su Ultreia y de que también la canten otros coros del Camino, el peregrino galo incluyó en el disco otras composiciones suyas, como A Fisterra llegaré, «una especie de resumen de hitos geográficos y gastronómicos, hecha a la manera del famoso escritor francés Jacques Prévert: A Santiago voy, a Fisterra llegaré».

La saturación del Camino

Jean-Claude Benazet, que pertenece a la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago, opina que la ruta francesa se ha convertido en un bulevar, al menos en sus tramos finales. «Así que caminaré por otros caminos para encontrar cierto grado de soledad, y para poder conversar con la gente que vive en ellos y con la que me encuentre. Pasar por todo una vez, solo una vez, ligero, como escribió León Felipe», advierte.

De hecho, el quinto corte del cedé es el poema del escritor zamorano musicado por Toquero, Romero solo, donde figuran esos versos. El disco se puede conseguir escribiendo al correo electrónico jcbperegrino@gmail.com.

La primera vez que hizo el Camino fue en 1981. «Para mí resultó un deslumbramiento total. Poner los pies sobre las huellas de miles de peregrinos de los siglos anteriores fue una experiencia mayor. Descubrí un país andando. También descubrí que dentro de cada uno hay una llama frágil que debemos soplar de vez en cuando para que dé calor. Es decir, una forma de espiritualidad que te empuja día tras día», indica. Igualmente recuerda que en cada cruce había que orientarse siempre hacia el oeste. «¡Qué fácil era desnortarse!», sentencia. Cuando a finales de agosto llegó a Santiago, su nombre salió publicado en la prensa al día siguiente: «Entonces solo éramos unos doce o quince los que habíamos pasado por la oficina del peregrino, frente a los más de mil que llegan hoy», concluye.