Miguel Sousa: «Muchas listas de espera en la sanidad se deben a una mala organización»

joel gómez SANTIAGO / LA VOZ

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El expresidente de la Sociedad Europea de Cirugía Cardiotorácica defiende que se aprovechen mejor avances de tratamientos en pacientes mayores

13 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La cirugía cardíaca tenderá a disminuir en el futuro, pues muchas operaciones que ahora se hacen se sustituirán por otros tratamientos. Se operarán los males del corazón más complicados, que no puedan abordarse por procedimientos percutáneos, sin necesidad de cirugía. Lo dice un reconocido representante de esta especialidad, Miguel Sousa Uva, del Hospital da Santa Cruz de Lisboa y expresidente de la Sociedad Europea de Cirugía Cardiotorácica. Y pone un ejemplo: «En estos momentos la cardiopatía valvular más prevalente es la estenosis aórtica calcificada de personas mayores, que hasta ahora se trata frecuentemente con cirugía. Pero la última década progresa un nuevo tratamiento percutáneo, a través de cateterismo, con el que esa válvula aórtica no necesita operarse, pues se sustituye por otra que se coloca a través de la arteria femoral. Y esta técnica tiene tendencia a aumentar y la cirugía a disminuir en esos casos».

El cirujano cardíaco portugués intervino en una sesión en el Hospital Clínico, sobre cómo incorporar la evidencia científica en la práctica clínica. Afirma que el envejecimiento de la población plantea un problema en Portugal y Galicia: «cada vez tenemos más pacientes con más de 75 años, que por su edad se excluyen de ensayos clínicos de nuevos tratamientos. Por eso tenemos que utilizar nuestro espíritu crítico y experiencia para adaptar los resultados de los ensayos clínicos en pacientes con características diferentes, para que se puedan beneficiar de avances en el tratamiento», dice.

Uva asegura que «el futuro pasa por integrar bien cardiología y cirugía cardíaca, en departamentos cardiovasculares más grandes. Eso tendrá beneficios mutuos y además para la formación de nuevos especialistas. Será bueno para ambas partes y el liderazgo puede ser rotativo».

Para la cirugía cardíaca considera que se necesitan centros que permitan una gran experiencia: «Normalmente se estima que debe haber más de un millón de habitantes para cada centro de cirugía cardíaca, para garantizar que los profesionales tengan casos suficientes y para poder formar nuevos especialistas. Porque un cirujano es como un músico: la profesión le exige practicar todos los días muchas horas».

En Galicia hay tres servicios de cirugía cardíaca para 2,7 millones de habitantes, y este experto entiende que quizá serían suficientes dos, pero de mayor tamaño y que operasen más. El hospital de Lisboa en el que ejerce realiza «mil operaciones de corazón al año», prácticamente el doble que en Santiago. En Portugal hay 6 centros para una población de 10 millones de habitantes: «quizá podría haber alguno más, porque hay un problema aún sin resolver, que son las listas de espera. Aunque muchas listas de espera en la sanidad se deben a una mala organización, a descoordinación, a que no existan liderazgos fuertes que permitan optimizar los recursos humanos y materiales de una manera eficaz. A veces se pierden muchas horas. Se trabaja mejor en países como Alemania que en países latinos, donde a veces es cierto que hay falta de recursos, pero muchas otras veces lo que hay es mala organización», insiste.

Sousa Uva considera que se necesitan más donantes de corazón para incrementar los trasplantes y afrontar problemas como la insuficiencia cardíaca más avanzada: «aumentar las donaciones de órganos es un problema político y de concienciación de la población; y en parte es también un problema de organización, para aprovechar mejor los órganos de pacientes que entran en muerte cerebral en hospitales que no trasplantan, y donde se pierden órganos que podrían utilizarse para trasplantar», afirma.