Más radares en los puntos calientes

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

xoan a. soler

El Concello aumenta los controles para forzar a los conductores a reducir la velocidad en zonas peligrosas

10 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras un período de cierta inactividad en lo que a los controles de velocidad se refiere debido a lo mermada de efectivos que está la Policía Local de Santiago por el conflicto laboral abierto con el Concello, en los partes de incidencias del cuerpo han vuelto a aparecer en las últimas semanas las multas a conductores sorprendidos por el radar móvil.

La reactivación de los controles corresponde a una estrategia con la que la concejalía que ostenta las competencias de Tráfico, la de Xan Duro (Compostela Aberta), quiere acabar con los excesos de velocidad en los puntos calientes de la ciudad. Aquellos en los que con mayor frecuencia se detecta este tipo de infracción y que en ocasiones corresponde a zonas en las que se acaba de reordenar la circulación de forma más permisiva en lo que a maniobras se refiere, lo que hace necesario amarrar los frecuentes desmanes de no pocos conductores y obligarles a levantar el pie del acelerador para evitar riesgos.

Una de estas zonas en las que se han reforzado los controles en la avenida de Lugo. La vía acaba de ser rediseñada en el tramo que conecta con la SC-20 para dividir los carriles en dos separados por líneas continuas y suprimir la peligrosísima incorporación con ceda al paso desde Torrente Ballester que había anteriormente. La medida ha sido un éxito tan evidente como que los excesos de velocidad que cometían algunos conductores hacían peligrosa la incorporación a la calle desde Quiroga Palacios. De ahí que se hayan instalado nuevas señales advirtiendo de la presencia del radar. No porque se vaya a instalar uno fijo próximamente, sino porque a partir de ahora será mucho más frecuente la vigilancia de la Policía Local en este punto.

Otra calle en la que se han realizado controles en los últimos días es Cruceiro da Coruña, la que une la rotonda de la plaza de España -la del McDonald’s- con la glorieta Cruceiro da Coruña, en Meixonfrío. Corresponde al tramo urbano de la N-550 y es muy transitada porque además de ser la salida norte de la ciudad conecta con el polígono del Tambre y la avenida de Asturias, a través de la cual se canaliza parte de la circulación hacia Costa Vella y la autovía de Lavacolla.

A 40 kilómetros por hora

Tanto en la zona de la avenida de Lugo que enlaza con la SC-20 como en Cruceiro da Coruña se ha reducido la velocidad máxima permitida en algunos tramos a 40 kilómetros por hora, por lo que las sanciones se imponen a partir de los 41, con cien euros, y desde los 71 ya acarrea retirada de puntos, dos hasta los 80, y a partir de ahí va en aumento.

Estos controles se unen al único radar fijo instalado en el casco urbano, el del túnel del Hórreo, que pese a llevar operativo muchos años y a contar con abundante señalización sigue cazando a muchos conductores, y a los fotorrojos de Amor Ruibal, plaza de España, Romero Donallo, Concheiros y San Caetano. En este caso lo que se vigila no es la velocidad, sino el respeto a los semáforos.

Otro punto conflictivo de la red viaria compostelana es la SC-20 en la zona de A Rocha, limitada a 60 kilómetros por hora. Aquí también son frecuentes los controles de velocidad, aunque en este caso es la Guardia Civil de Tráfico la que los hace.