Rosaura Leis: «El estilo de vida atlántico incluye la alimentación y la actividad física»

Joel gómez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Un encuentro internacional resalta resultados y perspectivas de la dieta gallega

05 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La dieta atlántica interesa a todas las edades, desde la infantil hasta la más avanzada, para mantener una vida saludable. Así se ha demostrado en los casi 12 años transcurridos desde la constitución de la Fundación Dieta Atlántica en la USC, en mayo del 2007. Sus principales resultados, y sus perspectivas de futuro, se analizan hoy en un simposio internacional, en la Facultade de Medicina: «Nuestros niños y adolescentes están abandonando la dieta atlántica tradicional y parece que es el momento de intervenir. Nuestra comunidad tiene una esperanza de vida muy alta y una elevada longevidad y, si los datos que ahora tenemos de la salud infantil se mantienen, con enfermedades que están aumentando, probablemente nuestros niños y adolescentes vayan a vivir menos años y con peor calidad de vida que sus padres y abuelos», afirma la pediatra Rosaura Leis, vicepresidenta de la Fundación Dieta Atlántica.

En el encuentro de hoy defiende una ponencia sobre ese tema. «Tenemos una dieta, o mejor un estilo de vida atlántico, que incluye la alimentación y la actividad física», dice. Para mejorar la situación actual defiende «que los patrones culturales familiares, paternos y maternos, tengan mayor impacto en la alimentación infantil. Nuestros niños cada vez comen menos acompañados de sus padres, y así no se transmite la tradición alimentaria y culinaria de la familia. Tienen que comer más pescado, más frutas y verduras; no saltarse comidas, empezando por un buen desayuno; tomar mas productos integrales; o beber más agua y dejar las bebidas azucaradas». Constata asimismo que «hacen una dieta con más frituras; y deben consumir más cocido y a la plancha, que son preparaciones culinarias típicas de la dieta atlántica». Por eso insiste en el interés de «no olvidarnos de la gastronomía y aprender a cocinar» para vivir mejor.

Resalta que «la comida rápida no es necesariamente una comida ya elaborada y rica en azúcares y grasas. Preparar un pescado o una verdura cocida, o tomar una fruta, es rápido y más saludable. La comida es más que aportar nutrientes al organismo; es un acto social, compartir y hablar. Por eso hay que abandonar las pantallas en la mesa», manifiesta Leis.

En Medicina habrá hoy representación portuguesa: «Poco después de la Fundación Dieta Atlántica en la USC empezó el Centro Europeo de la Dieta Atlántica en el norte de Portugal, y allí hacen investigación importantes», indica. Además, «colaboramos con Portugal en el proyecto Nutriage, para promocionar la dieta atlántica en personas de edades avanzadas, contemplando las residencias de mayores», sostiene.

Y tan importante como la dieta es la actividad física: «Nuestro urbanismo facilitaba recorrer a pie distancias razonables y también se está perdiendo eso. Vemos cómo escolares que viven a menos de 20 minutos del colegio van en transporte. Y contribuye a moverse menos la sustitución del ocio activo, con más ejercicio, por el ocio pasivo, muy relacionado con el uso de pantallas».

También hoy prevé que acudan dos patrones de honor de la fundación: el experto compostelano Aniceto Charro; y el hasta hace poco jefe de pediatría del CHUS y catedrático de la especialidad de la USC, Rafael Tojo, a quien en el 2017 nombraron leyenda viva de la nutrición en Buenos Aires, en un congreso internacional de especialistas.