El CHUS forma en la actualidad a 247 futuros médicos especialistas

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

La mayoría, 43, se preparan para ser especialistas de familia; 23 serán pediatras; y quince anestesistas

24 mar 2019 . Actualizado a las 13:26 h.

Hay relevo en la sanidad. El Complejo Hospitalario Universitario de Santiago forma actualmente a unos 250 médicos internos residentes. En realidad la cifra que recoge el CHUS es de 261, pero más de una decena son especialistas de otras titulaciones, como químicos o farmacéuticos. El de Santiago es uno de los hospitales que forma a más futuros facultativos, la mayoría a lo largo de cuatro años, aunque hay especialidades, como cardiología, urología, medicina interna, cirugía general u oncología médica que implican cinco años de rotación.

En mayo finalizarán los que están en el último año y entrará la nueva hornada de futuros especialistas. La oferta del CHUS es de 67 plazas, 16 de ellas para medicina de familia y pediatría. Salvo estas dos especialidades lo habitual es que un servicio solo tenga capacidad para acoger a uno o dos residentes por curso. Solo cardiología oferta tres plazas y anestesia cuatro. Esta oferta es variable. Hay años en los que los servicios sacan todas los puestos que tienen acreditados y otros que no. También puede darse el caso de que el alumno abandone su período de formación por algún motivo, o que quede desierta la plaza. De ahí que haya especialidades con dos residentes en primero pero solo uno en segundo o situaciones similares. En global las áreas que forman a más personal son medicina de familia (43); pediatría (23); anestesia (15) y cardiología (14).

 Docencia en «streaming»

Una de las especialidades que rota por servicios más diferentes es la de familia. Es también la de mayor dispersión, porque los residentes acuden a centros de salud. De ahí que la unidad docente de medicina familiar de la EOXI, para facilitar la formación continua, haya puesto en marcha sesiones clínicas que se emiten vía streaming. Este sistema arrancó el 19 de enero y todas las sesiones se guardarán en un repositorio digital para la consulta de residentes y tutores.

«Siempre digo que los residentes de cuarto son médicos, y de los que más saben»

 

 

Rafael Mejuto estudió Medicina en Cantabria y cuando hizo el mir dudó entre digestivo y cardiología. Pero la primera especialidad, y en concreto el servicio del Clínico, le atrajo por el gran abanico de patologías que abarca, «tenemos una muy buena unidad de páncreas, la unidad inflamatoria es muy potente, el trasplante hepático...», explica. Está terminando su tercer año y admite que la vida del residente es dura «aprendemos mucho y también trabajamos mucho, no tanto por la actividad asistencial del servicio sino por las guardias, porque al final todas las semanas tienes que hacer una».

Manuel Barreiro es médico tutor. Está más que orgulloso de los residentes que pasan por el servicio, «es una labor muy grata -cuenta- sobre todo por la suerte que tenido con ellos, en los años que llevo nunca he tenido un problema». La capacidad del servicio y el abanico de actividad asistencial que realiza ha hecho que la oferta anual pase de uno a dos residentes, «aquí viene la gente mejor, es una especialidad que llama, pero sobre todo llama este hospital». Porque ofrece tres de las características que sirven para preparar a los futuros médicos: una formación muy completa, investigación, y docencia, ya que es un hospital universitario.

Rafael no es de los que se asustan, así que no tuvo miedo al contacto directo con el paciente ni cuando empezó. «Cuando comienzas estás en planta, y ahí estás muy arropado, al principio el problema son las guardias en urgencias, que hacemos todos los de primero, las llamadas guardias de puerta», explica.

Manuel tiene claro qué es lo que tiene que garantizar un tutor «que el residente se forme, es decir, que haga muchas cosas pero con la mayor supervisión posible mientras la necesite». Porque llega un momento que vuela solo, «siempre digo que los de cuarto año cuando acaban son médicos y de los que más saben, porque tienen todo muy actualizado. Es gente de mucho valor». Este servicio, además, incluye una rotación en un centro de excelencia del extranjero en el último año.

Estimulan el servicio

Servicio y adjuntos forman a los residentes, pero estos también aportan al hospital, «traen frescura a todos los niveles, nos incentivan, evitan el estancamiento del servicio, y como nosotros tenemos mucha investigación, que a la gente de más edad puede empezar a pesarle, ellos transmiten un dinamismo muy importante», apunta Barreiro. ¿Y el futuro? El tutor asegura que la mayoría tienen opciones de quedarse. Rafael apuesta por hacerlo, aunque aún no lo tiene del todo claro.