Poco respeto a lo tradicional y a las normas de protección

Uxía López Rodríguez
uxía lópez PADRÓN / LA VOZ

SANTIAGO

Varias obras en Padrón dan para una buena reflexión y, en algunos casos, ponen en entredicho la labor del Concello años atrás

15 mar 2019 . Actualizado a las 05:05 h.

Algunas actuaciones de urbanismo en Padrón de las últimas décadas dan para más de un chequeo. Y de una reflexión. En el mapa más reciente hay una obra de la vergüenza, que irá a más conforme pasen los años por lo el atentado que supuso. Se trata de la construcción de un edificio pegado a la iglesia parroquial de Santiago Apóstol, levantado en tiempos del alcalde Jesús Villamor. Para su construcción se derribó una pequeña capilla de piedra, que databa de, al menos, el año 1818.

La polémica obra no pasó desapercibida a la opinión pública en su día y vuelve a estar de actualidad debido a que una página de las redes sociales, Recuperación Patrimonio Padrón, abrió un debate sobre la actuación en si y sobre el paradero de las piedras de la capilla. Para la construcción del edificio nuevo, al que muchos llaman ya «adefesio» y que fue inaugurado en el año 1996, se tapó sin pudor alguno una de las ventanas de la sacristía de la iglesia parroquial.

Y para colmo, al promotor del edificio, el Concello, le entró nostalgia de la vieja capilla y conservó el campanil, que integró sin gusto ni criterio en la fachada del nuevo inmueble.

En ese mapa de calamidades urbanísticas hay que añadir, además, el asfaltado del puente del Carmen, que tapa el adoquinado que se extiende por toda la avenida Castelao. «Non sei como Patrimonio puido consentir iso», dice un padronés, teniendo en cuenta que el puente, que permite cruzar el río Sar uniendo la zona de A Trabanca con el casco antiguo de Padrón, está datado del año 1852 y sustituye a otro que fue arrasado por una gran inundación.

En el permisivo urbanismo reciente de la villa destaca, asimismo, la construcción de una nave industrial pegada al cementerio de A Matanza, con un notable impacto ambiental, obra que fue denunciada en su día por los grupos de la oposición en el Concello, así como la del edificio pegado a la iglesia, pero sin éxito.

Y en el urbanismo no tan reciente, está la construcción de una planta bajocubierta al edificio del Concello, que tiene un alto grado de protección o también el derrumbe de algún edificio de piedra, también protegido, para construir otro de ladrillo y, en un caso, prescindiendo de una galería de fundición pese a que en todo el casco histórico solo había tres ejemplos, de los que ahora se conservan dos.

Todo ello en uno de los pocos concellos gallegos que en el año 1979 disponía de Plan Xeral de Ordenación Urbana (PXOU). Ese documento fue revisado y actualizado en 1994 y es el que actualmente en vigor, aunque también está pendiente de una nueva revisión así como de la redacción de los planes especiales del Casco Histórico y de Iria, cuya tramitación se inició hace ocho años.

Derribada. Muy cerca de la iglesia parroquial existía una pequeña capilla de piedra, que tenía el tejado deteriorado pero las paredes estaban en pie. Fue derribada sin pudor. fotO CEDIDA

Escuela de Música. En el lugar de la capilla, el Concello construyó un edificio de piedra, ahora sede de la Escuela Municipal de Música. En la actualidad están humanizando el entorno. fotos merce ares

Nostalgia de lo antiguo. En este atentado urbanístico, el Concello decidió dejar la impronta de la capilla en el edificio nuevo y conservó en la fachada la estructura en la que colgaba la campana.

Impacto. Pegada al cementerio de A Matanza, la nave, de titularidad privada y cuya construcción autorizó el Concello pese a las denuncias en contra, causa un gran impacto visual en el entorno.

Ponte do Carme. Otra obra ilustre del Concello de Padrón de las últimas décadas, en este caso en un monumento con un alto grado de protección. El asfaltado también fue denunciado por la oposición.

Bajocubierta. La construcción de otro piso en la propia Casa Consistorial se remonta más atrás en el tiempo aunque el edificio ya podría tener una ficha de protección alta, dada su antigüedad.