«Los recortes en cultura fueron brutales, alguien los tendría que medir»

La Voz

SANTIAGO

18 feb 2019 . Actualizado a las 14:12 h.

A Mr. Cool le encantan las bodas. Ha tocado en muchas, «porque de cada una que haces, salen tres», aunque pone sus condiciones y si acaban pidiéndole determinados estilos prefiere pasar un par de contactos «que lo hacen genial» y evitarse el marrón. También tocó en una primera comunión de un alumno -da clases en la misma academia en la que él estudió- «pero nunca supe de nadie que tocase en un bautizo, así que lo de la BBC es un mito».

?Es lo que tiene vivir de una profesión que aún nota los azotes de la crisis. «Los recortes en cultura en los últimos diez años fueron brutales, alguien los tendría que medir», reclama. De cualquier otra profesión se conoce el alcance de la recesión económica, pero en el caso de los artistas todo parece más asumible socialmente. Como profesional evita tirar su caché, que muchas veces viene marcado por la intrusión de aficionados. «El problema es que algunos empresarios parece que no distinguen lo bueno de lo malo», lamenta. Falta respaldo institucional para tocar, pero en Santiago tampoco vamos sobrados de locales acondicionados ni de una cultura distinta con los horarios que, está convencido, acabaría con la polémica de los ruidos y de las confusas leyes, que tampoco ayudan. «En Portugal o en cualquier país de Europa es normal tocar por la tarde. ¡Y pagar una entrada por escuchar un concierto en un bar!».

?De todas las experiencias vividas, se queda con los coros. Ahora insiste con las clases de canto y de trompeta, y dirige su propia formación, El Coro sin Nombre, pero durante años estuvo integrado en el Coro da Rá, donde fue solista. «Aquellos años fueron los mejores. Te das cuenta de la potencia de un coro, es capaz de sanar a la gente».