«Empezamos en dictadura y acabamos en democracia»

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Superaban el millar en primer curso y acabaron más de 400; la promoción de Medicina 1971-77 recordó viejos tiempos en la facultad

11 feb 2019 . Actualizado a las 08:58 h.

La idea surgió durante una comida de amigos y fue cogiendo forma, había que volver a reunirse. Los alumnos de la promoción de Medicina 1971-77 decidieron recordar viejos tiempos y lo hicieron en el lugar adecuado, la vieja Facultad. Esa facultad que, pese a los intentos por trasladarla, parece que aún albergará a miles de futuros médicos en los próximos años. Unos 160 exalumnos volvieron a las aulas compostelanas por un rato, un aula que se quedó pequeña, «os pido disculpas porque si hubiésemos sabido que ibais a ser tantos hubiésemos abierto el salón de actos», dijo el decano, Julián Álvarez Escudero. A muchos les pareció bien apretujarse en esa aula, «como estudiantes no nos dejaban entrar al salón, así que mejor aquí», comentaban.

Juan Delgado, pediatra, fue el maestro de ceremonias de un pequeño acto en el que incluso se recordó con música e imágenes a los facultativos de la promoción ya fallecidos, como Antonio Maceira Lema, Totó, Carmen Pardo-Gil, Fernando Masa o Eladio Rodríguez. Más de 700 fotografías recopiladas de antes y ahora, todo un repertorio musical de la época a petición de los asistentes y una comida tras la que se sortearon donaciones de los médicos que participaron.

Fueron años fascinantes, recordaron los antiguos estudiantes, «empezamos en dictadura y acabamos en democracia», apuntaba Juan. Años en los que la facultad se abría a cientos y cientos de alumnos. Empezaron más de un millar ese año y terminaron más de 400. Entre ellos Javier Bandín, neurocirujano, «era una época de cierta reivindicación, pero controlada», apunta. Destaca sobre todo el esfuerzo que en aquellos años debían hacer las familias para que sus hijos estudiasen en la universidad, «el sacrificio de nuestros padres fue muy importante», insiste. Agonizaba la dictadura pero admite que no era de los más combativos, «había unos cuantos dirigentes y los demás estudiábamos», dice con humor.

Sí lo era Juan Delgado, para quien aquella fue una etapa «impresionante, el despertar de unos jóvenes inexpertos a la vida». Delgado tuvo que dejar temporalmente la facultad y estudiar por libre porque le expulsaron «me pillaron con propaganda ilegal, con una revista, y me metieron en el calabozo. Como no me daban el certificado de buena conducta no me concedieron la prórroga de la mili y tuve que ir a hacerla a Granada». Pero no desistió. Se sacó los exámenes por libre y se licenció «con mis compañeros», recuerda.

También fueron buenos años para comenzar a ejercer la medicina. Todavía no se habían transferido las competencias en sanidad a las comunidades pero arrancaba un camino y un nuevo modelo de atención primaria, «recalé en A Coruña en uno de los primeros centros de salud con el nuevo modelo, siempre me gustó el ser pediatra de cabecera».

Precisamente en estos momentos complicados de la atención primaria Delgado reconoce que la situación no es buena «por las secuelas de los recortes y la falta de gestión adecuada». Y coincide con todos los profesionales de este nivel asistencial en uno de los errores de la Administración sanitaria, las EOXI, «unificar todo en la misma gerencia, lo que nos deja como un mero apéndice del hospital, nos usan como quien usa un calcetín».