«Estou viva grazas a que a miña irmá me doou medula», dice una trasplantada

joel gómez SANTIAGO / LA VOZ

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XOAN A. SOLER

María Helena y Cristina Pet relatan en el Clínico su experiencia para promocionar la donación en el Día Mundial del Cáncer

05 feb 2019 . Actualizado a las 20:13 h.

«Cando os médicos din que hai solución e ves unha luz, xa te prestas ao que sexa, a facer as probas que queiran, e para adiante»: así de contundente explicaba María Helena Pet cómo decidió donar médula a su hermana Cristina, hace 13 años, para que se tratase de una leucemia con un trasplante. Ambas refirieron ayer aquella experiencia en el Hospital Clínico, para promocionar la donación, en un acto organizado por la asociación de personas trasplantadas de médula (Asotrame), en el Día Mundial del Cáncer.

«Tiña 30 anos cando fun diagnosticada de leucemia. Estiven un ano con tratamentos, até que me decidiron transplantar. Afortunadamente somos seis irmáns e as dúas pequenas tiñan compatibilidade comigo. O transplante foi o día que naceu a princesa Leonor, lembro a data porque estaba no cuarto do hospital coa doazón da miña irmá e vin a noticia na televisión», relata Cristina. No duda en afirmar que «estou viva grazas a que miña irmá me doou medula. Pola oportunidade que me deu miña irmá agora teño un proxecto de vida coma calquera outra persoa».

María Helena recordaba que, cuando conocieron el diagnóstico de su hermana «foi un golpe moi forte». Ella y otra hermana eran genéticamente idénticas «e igual me escolleron a min porque pesaba máis», dice. Antes de donar recibió unas inyecciones y, cuando pusieron una fecha, el proceso de donar «foi coma unha transfusión de sangue, e vendo a televisión: nada traumático, nin doloroso; moi fácil», recuerda. Pasó unas horas en el hospital, «nin unha mañá»; y después la recuperación se produjo también «sen problema, sen dor, coma se non pasase nada. O mesmo día xa fun para a casa». No tuvo efectos secundarios. Un año después se sometió a una analítica «e estaba todo perfecto, sen problema», sostiene. Aunque son de Ponteceso, municipio del área sanitaria de A Coruña, la intervención se realizó en el Clínico compostelano, porque Cristina reside y trabaja en Santiago «e era o máis práctico para min e para o apoio da miña familia, que foi moi importante», dice.

Cristina quedó hospitalizada, un mes, aislada: «Foi duro, traumático, tantos días no hospital. Cando te estás curando é cando ves a dureza da doenza, polos tratamentos de quimioterapia, nos que todos os corpos se resenten, uns máis ca outros. Pouco a pouco saes para adiante. Din que os síntomas son coma os dunha gripe forte; eu nunca tiven unha gripe forte, sei como é o transplante», manifiesta Cristina. El injerto de médula fue su mejor opción, después de un año con otros tratamientos para la leucemia, cuando no resultaban ya efectivos. La recuperación del trasplante demoró más de un año: «que a xente que está esperando saiba que é un paso duro, aínda que se sae del», dice.

El testimonio de ambas hermanas coincidió con un acto en el que Asotrame donó 2.000 euros al Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago para que avance en este problema de salud. El jefe de hematología, José Luis Bello, indicó que estudian tumores en 117 pacientes relacionados familiarmente.

El CHUS diagnosticó en el último año 488 tumores de colon y 438 de próstata

El servicio de anatomía patológica del CHUS confirmó el año pasado 488 casos de cáncer de colon, 438 de próstata, casi 400 de mama y más de 300 de pulmón. Fueron los tumores más prevalentes, informa la gerencia del área sanitaria.

Del 18 al 25 de este mes, en el vestíbulo del Clínico, permanecerá una muestra sobre dolor emocional, de la Asociación Española contra el Cáncer (AECC). Esta entidad celebró ayer en el centro sociocultural de Fontiñas una mesa redonda sobre la importancia de la atención psicológica para pacientes y familiares. Participaron Marcos Calvo y Lucía Álvarez-Santullano, psicólogos de la asociación; María José Fuertes, supervisora de enfermería de hematología del CHUS; y Vicente Blanco, familiar de un paciente oncológico. Durante más de una hora se expusieron varias experiencias de cómo vivieron la enfermedad o sobre la relación con el personal sanitario. La AECC insiste en la prevención y en el interés de los programas de detección precoz.