Las obras en el interior y cubiertas de la Catedral costarán 4,5 millones

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

Un andamio se instalará frente al órgano para protegerlo del polvo hasta que finalicen los trabajos

02 feb 2019 . Actualizado a las 12:47 h.

A solo unos días de que empiecen las obras en la catedral de Santiago que han obligado a trasladar el culto a otros templos, se han dado a conocer los detalles de los proyectos. Entre la restauración de los paramentos interiores y bóvedas, que dirigirán José Francisco Yusta Bonilla y Alberto García Martínez, y la de las cubiertas de la nave principal y el crucero, bajo la supervisión de Iago Seara Morales, se invertirán algo más de 4.555.000 euros.

La actuación sobre los paramentos y bóvedas de la basílica costará 2.630.000 euros (IVA incluido). La ejecución comenzará a lo largo de la próxima semana, durará un año y se enmarca dentro del convenio entre Hacienda, Xunta, Cabildo y Fundación Catedral dotado con 17 millones para dejar a punto el histórico edificio de cara al próximo año santo, 2021.

La intervención sobre paramentos interiores y pilares de la Catedral afectará a la nave principal, transepto, girola y tribuna. También se actuará en los revocos de las bóvedas, afectados por las filtraciones de agua a través de las cubiertas y se sustituirán los morteros de cemento por unos de cal, más apropiados.

En la tribuna, se saneará o sustituirá el pavimento de piedra, al tiempo que se reorganizarán canalizaciones y cableado. Además, se renovarán las carpinterías de bronce instaladas a finales del siglo XX por unas de madera «que permitan mayor ventilación», subraya la Fundación Catedral.

El transepto norte, lo último

El proyecto incluye la restauración de esculturas, rejerías, vidrieras u otros elementos singulares que hay en el ámbito de actuación. Se ejecutará por fases y zonas, acabando por los transeptos, primero el sur y por último el norte. Los materiales de obra entrarán y saldrán a través de la praza de Azabachería (donde se instalará también una grúa para las obras previstas en cubiertas), quedando la de Praterías como única puerta para que el público acceda a la basílica, ya que se podrá seguir visitando y entrando al camarín del Apóstol y a la cripta, en la medida que se pueda compaginar con las obras en el área del deambulatorio.

Tras retirar todos los bancos, confesionarios, viacrucis y otros artículos para despejar la zona a intervenir, el lunes cuando entrará la empresa encargada del proyecto para continuar con el resto de preparativos, entre los que se instalará un andamio frente al órgano para protegerlo con un cierre geotextil que lo resguardará del polvo y suciedad que levante la obra, al igual que ya se hizo con el Pórtico -cubierto con una estructura de madera con el mismo fin-. Para febrero del próximo año se espera tener el interior de la Catedral listo, tras haber establecido un horario intensivo y reducido el plazo de ejecución de 18 a 12 meses.

De forma paralela a las obras en el interior de la Catedral, se pondrán en marcha las que afectan a las cubiertas del templo, un proyecto en el que se invertirán 1.926.000 euros. Esta actuación durará 18 meses, por lo que se extenderá hasta agosto del 2020.

La nueva solución para los tejados mantendrá la forma escalonada de hasta ahora

También se iniciará este mismo mes la restauración de las cubiertas de la nave principal y crucero de la Catedral, cuyas visitas fueron ya suspendidas el 1 de enero. El principal objetivo de esta obra es el de subsanar el problema de las filtraciones de agua que causaban humedades y daños en el interior de las bóvedas de la basílica.

Como ya avanzó el director de Fundación Catedral, Daniel Lorenzo, para la impermeabilización de las cubiertas se llevará a cabo una nueva solución. Esta permitirá levantar las losas para realizar futuras tareas mantenimiento y reparaciones, que serán además reversibles. Con ello, se evitará destruir las piedras cada vez que se tenga que hacer algún tipo de actuación.

La singular solución ideada para las cubiertas no interferirá con la estética actual, pues a ojos del público no habrá un gran cambio. La cubierta pétrea reproducirá la forma actual y seguirá siendo transitable, escalonada e inclinada.

La actuación en las cubiertas comenzará también por el tramo occidental de la nave principal, más próximo al Pórtico, así como por el transepto sur. Continuará por el resto de la nave principal y el transepto norte, haciéndola coincidir con las obras en los paramentos interiores y bóvedas, en cuanto sea posible.

El proyecto también contempla la restauración de otros elementos pétreos de las cubiertas catedralicias, como balaustradas perimetrales o pináculos.