La Feria de Antigüedades y Vintage se despide con éxito

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

La muestra se afianza en Compostela con más de 50 expositores

28 ene 2019 . Actualizado a las 04:50 h.

No resultó fácil evitar adquirir alguna pieza durante los tres días de la Feria de Antigüedades y Vintage, que se celebró en el Palacio de Congresos. No lo fue, porque los que hasta allí se acercaron pudieron hacerse con piezas únicas a precios de infarto y también con otros muchos artículos al alcance de bolsillos más modestos. Los más nostálgicos pudieron recuperar un teléfono de rueda, idéntico al que seguramente no le dieron ninguna importancia cuando lo tenían en casa y que ahora se vende por entre 40 y 70 euros, según los años que pasaron por él. En uno de los expositores casi pasaron desapercibidos un bolso de fiesta de los años 20 (65 euros) y otro de Pierre Cardin (150 euros).

A la feria fue un anticuario de Ferrol, Francisco Piñeiro, con varias piezas de los primeros años de Sargadelos. Entre las más curiosas se mostraron varios platos con dibujos ingleses, que fueron las primeras piezas de loza fabricadas en la fábrica de Sada. Una bandeja, datada entre 1806 y 1875, se ofertaba por 1.500 euros; y varios platos y otras piezas de loza del siglo XIX de Inglaterra, que oscilaban entre 50 y 150 euros, también concitaron la atención del público. Para los coleccionistas de piezas religiosas, un expositor tenía a la venta un cáliz de plata del siglo XVIII.

Las muñecas, desde las primeras Barbies hasta las Nancy y Mariquita Pérez, con sus complementos, también tuvieron su espacio en la feria. Tampoco faltaron los juguetes de lata y madera, tan habituales a mediados del siglo pasado. En la parte vintage de la feria, los compostelanos pudieron volver unos años atrás y recuperar desde piezas de vajillas o artículos de decoración y de viaje, hasta muebles, que a buen seguro formaron parte de la decoración de las casas de sus padres y abuelos.

Durante las tres jornadas de la feria pasaron por el Palacio de Congresos cientos de personas. Algunas repitieron los tres días. Tanto los organizadores como los expositores se despidieron de Santiago con el compromiso de regresar en el 2020.