Las carreras con más demanda tampoco garantizan el empleo

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Álvaro Ballesteros

La USC ofrece la mayor parte de las que están más solicitadas por ser las que, sobre el papel, tienen más futuro

27 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Universia, el portal de las universidades españolas, publicó recientemente un listado con las carreras más demandadas hoy en día por los alumnos por ser las que tienen más futuro. Lo cierto es que casi todas se imparten en la Universidade de Santiago, y las pocas especialidades recomendadas que no están en la USC, se pueden cursar en la Universidade da Coruña, por lo que se puede decir que el sistema universitario gallego está preparado para los retos de futuro, y que si alguna titulación nueva con alta demanda queda por incluir en la oferta, ahí está la revisión del mapa académico para añadirla. Pero, ¿que un alumno estudie una carrera con futuro implica que va a conseguir un empleo con futuro? No, por una cuestión muy sencilla: porque hoy en día no se sabe cuáles serán los trabajos de futuro. La investigación, la tecnología y su aplicación al servicio de la sociedad es tan rápida que la demanda de trabajadores especializados no puede esperar por la actualización de los planes de estudios académicos, que tienen sus tiempos y sus trámites.

Las veinte carreras con más futuro que cita Universia son: Ingeniería del Software, Odontología, Enfermería, Medicina, Matemáticas, Fisioterapia, Terapia Ocupacional, Márketing, Óptica y Optometría, Derecho, Arquitectura Técnica, Administración y Dirección de Empresas, Veterinaria, Ingeniería Informática, Ingeniería Mecánica, Psicología, Economía, Logopedia, Ingeniería Civil y Farmacia. Todas las ofrece la USC, en programas de grado o de posgrado; y las que no, como Terapia Ocupacional o Ingeniería Civil, se imparten en A Coruña.

Pero es muy probable que cuando uno de los egresados busque un empleo, sea una máquina quien lo seleccione luego de hacer un cribado de datos para averiguar si cumple con el perfil adecuado para el puesto que se precisa. Y puede ser que en el negocio de los coches de futuro sea tan importante el controlador de un vehículo inteligente que conduce sin piloto que el mecánico que fabrica las piezas. Y que los expertos en derecho, los peritos que trabajen para los seguros y los que estudian aeronáutica operen con los drones como centro de su actividad laboral sin que en las universidades en las que estudiaron hayan tenido un papel relevante los vehículos aéreos no tripulados.

¿Qué tienen que hacer, entonces, alumnos y profesores ante este mundo cambiante? Adaptarse. Inocular en el estudiante, más allá de los conocimientos básicos, la curiosidad, intuición y versatilidad que le permitan amoldarse a las nuevas circunstancias. Es lo que demandan los nuevos empleos y sus empleadores.