Milagros Pedreira: «El daño en el corazón de pacientes oncológicos se puede prevenir y tratar»

Joel Gómez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOÁN A. SOLER

La cardióloga del Clínico sigue en su departamento a 400 pacientes, el 68 % de cáncer de mama

26 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Algunos tratamientos oncológicos pueden provocar daño en el músculo cardíaco y deteriorar la función cardíaca, causar daño vascular o producir arritmias. Especialistas de oncología y hematología, en coordinación con cardiología, investigan para detectar precozmente esas situaciones y prevenir y evitar complicaciones cardiovasculares. «Además, la supervivencia de los pacientes oncohematológicos es cada vez mayor, por la eficacia de los tratamientos, y no es infrecuente que un paciente se tenga que enfrentar a estos dos problemas, los oncohematológicos y los cardiovasculares, pues los factores de riesgo cardiovasculares y de enfermedad oncológica son muchas veces comunes y aparecen en el mismo paciente, y la posibilidad de desarrollar enfermedad cardiovascular es también elevada. Por eso es clave detectarlos, controlarlos e idealmente evitarlos», explica Milagros Pedreira, cardióloga del Clínico.

Una de las áreas de la cardiología que más se ha desarrollado, precisamente para responder a ese problema, ha sido la cardio-onco-hematología, «ya que hay mucha capacidad para detectarlo y resolverlo», afirma.

En el Clínico, las también cardiólogas Amparo Martínez y Pilar Mazón han sido pioneras en el desarrollo inicial de esta área durante los últimos años. «En mayo del 2018 comenzamos con un proceso más organizado, con agendas específicas para atención programada y urgente, en coordinación con oncología y hematología. Desde entonces hemos visto en esa consulta específica alrededor de 400 casos, que son un número muy importante», destaca Pedreira.

Esta asistencia «inicialmente se pensó más para mujeres, por la frecuente relación entre el tratamiento del cáncer de mama y el potencial daño al corazón. Pero existen otras líneas importantes, por su frecuencia o prevalencia, como los linfomas, más frecuentes en jóvenes; o los tumores del aparato digestivo y de otros órganos, como pulmón o riñón, en los que también es necesario tomar medidas de diagnóstico y prevención de daño cardiovascular. Afortunadamente, la incidencia de este efecto colateral de los tratamientos de tumores es baja», sostiene Milagros Pedreira.

En el programa de cardio-onco-hematología del Clínico, el grupo mayoritario atendido hasta la fecha ha sido también de mujeres con cáncer de mama. «Suponen en nuestra estadística un 68 % de los casos. Los protocolos del proceso establecido contemplan que a muchos pacientes se les vea más de una vez. Eso explica que estemos ya en las 900 consultas, más del doble que pacientes», agrega la cardióloga.

Resalta que en los grandes hospitales de Estados Unidos o Europa se promueve esta investigación y esta práctica clínica, «porque si se detecta de manera muy precoz el daño en el corazón de pacientes oncológicos se puede prevenir y tratar para lograr su resolución. Desde la imagen cardíaca, a través de la ecocardiografía, o la resonancia magnética cardíaca, o técnicas de medicina nuclear, se puede identificar y resolver el problema, que es el objetivo de este proceso», expone esta cardióloga del Clínico.

Pedreira señala que, si el paciente presenta factores de riesgo cardiovasculares, como hipertensión, colesterol elevado, diabetes, tabaquismo o vida sedentaria, se incrementa el potencial daño de los fármacos oncológicos. «Y si además hay una dolencia cardíaca previa, puede aparecer con mayor intensidad y con mayor frecuencia», agrega.

Pedreira destaca la coordinación en el Clínico entre todo el grupo de profesionales en esta asistencia, desde enfermería a imagen cardíaca o cardiología, oncología, hematología y otros servicios cuando intervienen.

Especialista. Milagros Pedreira es cardióloga del Hospital Clínico.

Cardiochus. El programa Cardiochus, de cardiología del CHUS, abordó esta semana la cardio-onco-hematología, con la participación como ponente de la cardióloga Ana Martín García, del Clínico de Salamanca.