La Xunta ve con recelo el nuevo coste de Medicina, pero escuchará a la USC

Juan María Capeáns Garrido
Juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

CEDIDA

Para Feijoo «non ten sentido» que el edificio pase de un coste de 38 a 60 millones de euros en meses

25 ene 2019 . Actualizado a las 14:13 h.

La construcción del nuevo edificio de la Facultade de Medicina sigue contando con la simpatía de la Xunta, cofinanciadora principal del proyecto junto a la Universidade de Santiago, pero ambas instituciones deberán sentarse de nuevo en las próximas semanas para discutir los términos de esa colaboración económica, que han cambiado sensiblemente para el actual equipo rectoral de Antonio López.

El asunto lo abordó el propio presidente Feijoo en la rueda de prensa posterior al Consello da Xunta, en la que insistió en que a su Administración le sigue pareciendo «atractivo» que se configure un campus de la salud en el entorno del hospital Gil Casares y del Clínico. Pero, al mismo tiempo, cree que «non ten sentido» que la obra que «hai uns meses» tenía un coste estimado de 38 millones de euros se sitúe ahora en torno a los 60. Al exponer esta circunstancia, aprovechó para poner de relieve que ambos cálculos los realizaron los servicios técnicos de la USC, pero con dos rectores distintos.

Feijoo recordó que la idea inicial era que la Xunta aportase una cantidad cercana a los 22 millones de euros -casi dos tercios- a cambio de quedarse con el edificio de la actual facultad, a unos metros del Obradoiro, y que la decisión final le corresponde la propia Universidade, pero la cofinanciación «e as condicións son coñecidas», indicó, para aclarar a continuación que sigue «a disposición» del proyecto.

Por su parte, el decano de Medicina, Julián Álvarez Escudero, ha insistido en que «hay que mantener y mimar lo que tenemos. Aunque mañana comenzase a construirse la nueva facultad, diría lo mismo: hay que mejorar las instalaciones actuales de San Francisco, de Odontología y el aulario Novoa Santos, hasta que funcione el nuevo centro».

Sostiene que «nunca he visto detallado el proyecto de la nueva facultad ni su coste real, y en ese tema me quiero fiar de los técnicos de la USC y de la Xunta, pues no soy arquitecto ni experto». Defiende que «antes de empezar hay que tener el presupuesto garantizado, y ahora mismo hay un problema económico evidente. Hay que presupuestarla adecuadamente, no hacer una chapuza, porque la facultad es un bien para la USC y para Santiago. El rectorado es la instancia competente en eso». Pide un plan director para la nueva infraestructura y destaca la reciente inversión de 250.000 euros en mejorar instalaciones para formación en simulación, las actividades que promueven mediante cursos, convenios y otras, y el crecimiento de docentes. «La facultad actual no puede quedar como un almacén de despachos», dice.