Optan por sustituir las tapas de registro de Basquiños tras fracasar varias reparaciones

Margarita Mosteiro Miguel
m. mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Las nuevas obras del Concello, que durarán varios días, requerirán cortes puntuales del tráfico en la calle

11 dic 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Las tapas de registro de la calzada de la rúa Basquiños vuelven a ser objeto de obras, una vez más. En este ocasión son los operarios de la Brigada de Vías e Obras quienes llegaron ayer al barrio para intentar que esta intervención sea la definitiva. Después de que la empresa adjudicataria realizara reparaciones en varias ocasiones, ahora se optó por la sustitución total de todas las tapas, con el fin de que se ajusten totalmente a los huecos. Con esta solución se confía en terminar con los problemas de ruido que perturban el descanso de los vecinos.

Según explicaron los operarios, las nuevas tapas tienen unas gomas que se fijarán al soporte de hormigón, y que cuando se desgasten solo será necesario renovar la goma, sin tener que volver a intervenir en el pavimento. Los trabajos, que arrancaron ayer, se prolongarán durante varios días y solo se producirán cortes temporales de tráfico durante las labores de sustitución y sellado de las tapas.

Las rejas que había hasta ahora no quedaron correctamente ajustadas en el proyecto de remodelación de la calle, que se comenzó a ejecutar en el 2014 y que finalizó en el 2015. El mal estado de esta parte de la obra hizo que el Concello requiriera a la empresa en varias ocasiones para que reparara el hormigón que rodea las tapas por su deterioro.

Los vecinos de la calle recogieron firmas en dos ocasiones para demandar al Concello una solución definitiva para las tapas, ya que, especialmente por las noches, era imposible conciliar el sueño debido al ruido causado por los coches al pasar sobre ellas. Los vecinos mostraron su malestar por lo que consideran un fallo en el diseño de la calle. Apuntaron que las tapas que ahora se mueven continuamente estaban, antes de la remodelación de la vía, fuera del ámbito que es continuamente pisado por la ruedas de los coches, y por tanto quedaban libres. Con el rediseño se aumentó la acera y las tapas pasaron a ser sometidas a la presión diarias de cientos de coches y autobuses. De hecho, las que quedan entre los ejes de los coches no dieron ningún problema desde que finalizaron las obras en el 2015.