Acuerda la compra de un móvil y le estafan dándole un paquete de café y una lata de sardinas

Xurxo Melchor
xurxo melchor SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

MIGUEL VILLAR

Entregó 170 euros al vendedor a cambio de una bolsa cerrada en la que se suponía que iba guardado el teléfono

01 dic 2018 . Actualizado a las 13:24 h.

Las estafas en la venta de objetos amparándose en el anonimato que proporciona Internet se han disparado en España en los últimos años. En ocasiones, con casos verdaderamente llamativos. Santiago ha sido escenario reciente de una de esas situaciones rocambolescas en las que un hombre se vio timado al tratar de comprar un teléfono móvil de última generación y tan solo recibió a cambio un paquete de café y una lata de sardinas. Eso sí, el avispado vendedor sí que recibió los 170 euros que había fijado como precio.

La frustrada venta se produjo el pasado miércoles en la calle República Arxentina, en pleno Ensanche compostelano. Eran las 13 horas y el estafado y el timador habían quedado para llevar a cabo la venta. Con anterioridad, se habían puesto en contacto mediante mensajes de WhatsApp y tras ver el timado que el presunto estafador vendía un iPhone XS por tan solo 170 euros, cuando su precio real ronda los mil.

Una ganga de tal calibre debió haberle puesto en guardia, pero no fue así. Es más, el comprador actuó de una manera completamente imprudente. Quedó con el vendedor en la calle y cuando ambos se encontraron comprobó que portaba una bolsa cerrada con cremallera en la que se suponía que estaba el móvil. Sin embargo, no le hizo sospechar el que no pudiera confirmar el verdadero contenido porque el vendedor alegó que el cierre estaba roto y que si lo abría ya no podría volver a cerrarlo.

En coche a un cajero

El estafado comunicó en ese momento al vendedor que no llevaba el dinero encima, algo que no le supuso ningún problema. Muy al contrario, se ofreció a llevarle en su coche hasta un cajero automático. Tampoco en ese momento al timado le saltaron las alarmas. Se subió al vehículo, indicó la sucursal bancaria a la que debían dirigirse y extrajo la suma requerida.

En cuanto que tuvo el dinero en su poder, el vendedor entregó el paquete y desapareció con buenas palabras. El denunciante abrió en ese momento la bolsa forzando la cremallera y se le vino el mundo encima cuando comprobó que había sido timado y que había pagado 170 euros por un simple paquete de café y una lata de sardinas.

Fue entonces cuando acudió a la comisaría de la Policía Nacional para interponer denuncia, pero ha podido aportar pocos datos sobre el estafador. Tan solo sabe que el color del coche en el que le trasladó al cajero automático era blanco, pero poco más. Su caso, por extraño que parezca, no es único. Cuesta creer lo confiadas que se vuelven algunas personas cuando creen que están ante una oferta irrechazable.