El gobierno local plantea dividir viviendas en la zona monumental

r.?m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

DENIS E. F.

El plan de gestión sitúa entre sus objetivos la adaptación a los nuevos tamaños de hogar

30 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La adaptación de las viviendas del casco viejo a las necesidades del siglo XXI no pasa únicamente por la introducción de la fibra óptica, la incorporación de nuevas prestaciones en servicios básicos y la mejora en su accesibilidad. El borrador del plan de gestión del ámbito elaborado en paralelo a la revisión del Plan Especial (PE) apunta a otra cuestión vinculada ya no con servicios específicos para su funcionamiento, sino con sus dimensiones. Porque la tipología de las familias ha cambiado, y con ellas las necesidades de espacio, lo que llevaría al debate sobre la oportunidad de flexibilizar las condiciones para la división de viviendas de gran tamaño.

Aunque sin desarrollar, el plan de gestión introduce entre sus objetivos estratégicos la adecuación de la regulación actual de la segregación de viviendas para posibilitar su adaptación a esos nuevos tamaños de hogar. Es una opción que permitiría ampliar el mercado residencial, pero, sobre todo, adaptarlo a la demanda de las nuevas unidades familiares. «Esta é unha cousa que hai que estudar, porque o que nos interesa é que viva xente», e «crear vivendas, vivendas dignas e cumprindo a normativa», afirma el concejal de Espazos Cidadáns, Jorge Duarte.

El planeamiento actual permite esa división, pero en viviendas de más de 150 metros cuadrados, siempre que sea posible sin alterar los elementos básicos de organización de la edificación y que las viviendas resultantes tengan una superficie útil mínima de 70, entre otros requisitos. Algún caso ya se ha dado en los últimos años, pero no muchos, por lo que no parece esa una cuestión relevante entre las que condicionan el progresivo despoblamiento del casco histórico. Compostela Aberta entiende que quizá esa directriz del actual Plan Especial «non ten que ser tan ríxida». Duarte tira de ejemplos para postular que al menos habrá que estudiar una flexibilización. Una vivienda de 120 metros cuadrados, dice, no se podría dividir porque superarían el mínimo fijado para los hogares resultantes: «E igual hai que estudar que poidan ser unha de 70 e outra de 50, ou dúas de 60».

Esa posibilidad no deja, sin embargo, de ser un enunciado entre los objetivos estratégicos que se plantea el plan de gestión vinculado a la revisión del Plan Especial, revisión que de momento sigue bloqueada después de que populares y socialistas impidiesen en el último pleno la aprobación del documento de impacto ambiental que tendría que ser remitido a la Xunta y que marcaría el arranque oficial de la modificación del planeamiento de la ciudad histórica.