Pilar López-Rioboo: «Hay que incorporar a las feministas a los equipos de violencia machista»

montse carneiro A CORUÑA / AGENCIA

SANTIAGO

ANGEL MANSO

La subdelegada del Gobierno coordina con los municipios los dispositivos de igualdad y seguridad ciudadana

26 nov 2018 . Actualizado a las 22:33 h.

En los cuatro meses que lleva en el cargo la subdelegada del Gobierno, dos mujeres de la provincia fueron asesinadas por sus exparejas en A Coruña y Cabana de Bergantiños. Todos los crímenes le incumben a su oficina, competente en materia de seguridad ciudadana, pero estos en particular pusieron a Pilar López-Rioboo (A Coruña, 1951) al frente del dispositivo institucional de respuesta a los asesinatos machistas. «Fueron los momentos más difíciles desde que llegué», cuenta esta funcionaria de carrera bregada en la Administración desde hace 44 años, ex directora general del Instituto Social de la Marina y socialista militante rescatada por Javier Losada en las puertas de su jubilación.

-Hace unos días el presidente del Tribunal Superior de Xustiza alertó de que la violencia machista no se resuelve en los juzgados. ¿Siguen abordándolo como un fenómeno individual?

-No, no, la causa es una concepción machista y de dominación clara. Hay una cosificación de la mujer impresionante por parte de los varones y en esto tenemos que ser intransigentes. A mí que nadie me intente transmitir un delito de violencia de género como «posible», porque a lo mejor había una relación. Me da igual. Si hay un no, es una agresión sexual. Eso primero. Y luego viene lo de que el agresor no estaba bien y todo eso. Está claro que tenemos que incidir mucho desde la Administración, educativa, sanitaria y sociosanitaria, y también desde los medios. Algunos titulares no ayudan nada. «Un hombre en tratamiento por depresión mata a su mujer y después se intenta suicidar». Pobre, se suicidó poco.

-¿Sus colegas en los equipos institucionales comparten esta opinión?

-Todos nos planteamos cómo combatir el machismo. Creíamos que estábamos avanzando y vemos que hay una regresión, quizá por las nuevas tecnologías o porque la gente de nuestra generación hemos abandonado un poco la educación de la siguiente. Nos falta incorporar al movimiento feminista a los equipos y las mesas de coordinación. Hay que integrar a las feministas. Son fundamentales y tienen que ayudarnos a poner sobre la mesa el problema en toda su crudeza y para espolearnos a tomar decisiones. Las echo de menos. Falta la calle.

-El Gobierno ha devuelto competencias a los municipios. ¿Cómo cree que afectará la medida?

-Los CIM [Centro de Información a la Mujer] municipales están haciendo un trabajo impresionante. Es ahí donde se conocen los problemas y la realidad. Lo decía el presidente del TSXG. Nosotros sancionamos, pero ¿y si tomamos medidas antes? Incluso aislando al maltratador. Porque también llegamos a pensar que era un fenómeno importado y vemos que en Alemania 147 mujeres fueron asesinadas en un año. Y solo contabilizamos las muertes: Falta por aflorar la violencia psicológica. Yo creo que la devolución de las competencias a los concellos va a hacer aflorar todo esto, y ya es un problema muy gordo para los municipios pequeños, porque todavía persiste la vergüenza para denunciar por parte de la mujer o la culpabilización, la idea de que ella misma obró mal.

-¿Están en condiciones de garantizar la protección de las mujeres a las que animan a denunciar?

-Deberíamos estar. Por eso también es positivo que los concellos sean competentes. Porque a lo mejor en algún caso no es el momento oportuno aún para denunciar. Habrá que valorarlo. Y otra cuestión fundamental es que todas las cargas que implican las medidas de protección no pueden seguir recayendo sobre las mujeres. Alejemos al maltratador con lo que sea. Hoy hay medios tecnológicos. Pongámosles un chip, como a los perros. Y que se sepa. Si rompe la orden de alejamiento que se le encienda una luz y que se ponga verde, o rojo.

«Algunas juntas de seguridad llevan años sin reunirse»

Más de 40 años en la Función Pública con altas responsabilidades explican la comodidad con que Pilar López-Rioboo afronta las tareas funcionariales del cargo. «Hay una parte de mucha firma y mucho expediente. Firmo mucho, en el despacho, en casa, en el teléfono. Y después está la parte de representación», explica. En tres meses la subdelegada del Gobierno ha recorrido 4.000 kilómetros en la provincia, para ver obras o asistir a las juntas locales de seguridad, donde se sientan los representantes públicos y se sabe si la Administración funciona o no. «Las juntas son importantes porque allí se canalizan las peticiones de los concellos y yo aprovecho también para introducir el tema de la violencia de género. Están todas constituidas, pero algunas no se reúnen desde hace años», dice.

-Las quejas por el déficit de policías y de empleados públicos son recurrentes.

-Sí, faltan medios en todas partes. Yo vengo de la Administración de la Seguridad Social y la mitad de las mesas estaban vacías. La gente no estaba tomando café, la realidad es que no estaban cubiertos los puestos. Y allí no pasa nada si una pensión se resuelve en un día o en quince, porque hay continuidad de renta. Pero en educación, en sanidad o en seguridad, tiene sus consecuencias. Un médico, un profesor, un maestro, o un guardia civil no se forma ni se contrata en dos días. Ese es el problema que hemos heredado, el más gordo, la falta de medios humanos en la Administración. Que ya veníamos de una Administración envejecida, ¡eh!, pero cuando se prohíbe la tasa de reposición, porque no podías reponer, no te dejaba Montoro, se le da la puntilla.

-¿Cómo está el enlace orbital de la AP-9 con la autovía de Lugo?

-Está redactado y a punto de licitarse. Es una de la dos prioridades de Fomento en Galicia, así que podemos estar contentos. La licitación, con la ley de contratos, no se sabe. Pero es prioritario en el tiempo, de modo que si se puede licitar este año, mejor que en primavera.

«El repunte de la heroína tiene que ver con la crisis; si marginas a la gente, la gente cae»

La vara de medir de la seguridad ciudadana recoge la cifra de denuncias presentadas por cada mil habitantes y sitúa la provincia de A Coruña ligeramente por encima de la media gallega, 29 frente a 27,7, y claramente más segura que el conjunto estatal, que registra 43 denuncias de media. «Estamos bien -considera Pilar López-Rioobo-. Hay que pensar que ahí se incluye todo, desde homicidios, asesinatos y delitos contra la libertad sexual hasta hurtos o tráfico de drogas... Y que además de constatar un incremento de las denuncias, los delitos que más preocupan, los robos, que te entren en casa, por ejemplo, tarde o temprano se van esclareciendo. Se sabe quiénes son los autores, pero hay que cogerlos in fraganti».

-¿Por qué aumentan las denuncias?

-Con la violencia de género, por ejemplo, se está activando el mensaje de que se denuncie para mitigar el problema. Y aparte de eso, en la estadística influyen también las estafas en Internet, que aumentan.

-¿Observan nuevos modos de actuar?

-Hay algo asociado al mundo de la droga, que está repuntando. Y no es de ahora. Yo recuerdo un acto en Zarzuela en el que coincidí con Carmen Avendaño y me avisó: «Pilar, qué preocupada estoy, la heroína está volviendo». Y era el 2010.

-¿Qué análisis hacen del recrudecimiento de ese tipo de consumo?

-Yo creo que va ligado a la crisis y a la falta de recursos de la gente que trabajaba con los toxicómanos, a todas las instituciones que estuvieron a punto de cerrar o cerraron. Esas organizaciones sociales vivían de subvenciones del Estado y colaboraban para mitigar el problema. Y eso se ha desmantelado. Vivimos una época muy dura.

-La heroína siempre estuvo al alcance.

-Sí, en la drogodependencia marginal, sí. Ahora aumenta la gente que va a buscarla. Los que estaban en programas de desintoxicación desgraciadamente ya no están y ves que vuelve a haber más gente en la calle. Si hay crisis, si a la gente se le acaba el Risga y se queda sin la ayuda para mayores de 55 años, si marginas a la gente, la gente cae.

-Observan entonces que el espacio de la marginalidad crece.

-Es lo que vemos emerger y hay que abordarlo. El rescate de esta gente. Tenemos que hacer más de lo que estamos haciendo, porque nunca haremos lo suficiente.