El frenazo al Plan Especial enfrenta a Duarte con Hernández y Reyes

r. m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

El edil de CA los acusa de un «bloqueo inxustificado» y ellos a él de ir de víctima

17 nov 2018 . Actualizado a las 16:56 h.

El freno que populares y socialistas impusieron a la revisión del Plan Especial (PE) del casco viejo que promueve Compostela Aberta ha dejado resaca en Raxoi. Y profunda. Para el gobierno no se trató precisamente de un toque de atención para abrir al diálogo un documento «participado» y «falado coa oposición», sino de un «bloqueo inxustificado» que Jorge Duarte vinculó con un escenario electoral que «empeza a ser preocupante». «Hai quen empeza a facer valer os seus intereses particulares sobre os colectivos da cidade», dijo el edil de Urbanismo, convencido de que lo que hay detrás de esa votación es un interés por «bloquear o bo funcionamento da cidade e de que as cousas avancen», cuando lo que se planteaba en el pleno era el inicio «do primeiro paso» para tramitar la revisión de un planeamiento con mucho «marxe» aún para introducir aportaciones.

Pero «alguén pon atrancos, incluso nesa fase» y con un tema de «grande interese», para que «as cousas non funcionen», algo «incoherente» por parte de quien dice que «hai parálise no Concello». Y sostiene que habría alternativas para reiniciar ese trámite, pero «volvo tender a man ao PP e ao PSOE para falar, e se cren que hai algo que se pode mellorar para dar o seu apoio ao inicio do trámite, podemos facelo». Porque «queremos buscar solucións da man de todos os grupos en algo prioritario para a cidade».

Pero eso es precisamente lo que no ha hecho hasta ahora, coinciden Agustín Hernández y Paco Reyes: «Nin nos pediron o voto», sabiendo que precisaban mayoría absoluta, comparten ambos líderes opositores. «Non tivemos ningunha petición seria para falar do tema», dice Hernández, quien ve en la reacción de Duarte una de esas ocasiones en las que «o esperpento chega a niveis insospeitados». Porque «ninguén ten que acreditar que o PP ten vocación de modificar o Plan Especial» cuando fue el gobierno popular el que contrató el proceso y él mismo el conselleiro que suscribió el convenio para cofinanciar los trabajos. «E se hai un documento que non nace do consenso, para o que non che pediron opinión e non reúne as características que entendemos debe ter, votamos en contra».

Para Hernández, un documento de esta naturaleza puede estar «máis ou menos pulido» para iniciar su evaluación ambiental, pero no arrastrar tal grado «de indefinición»: «Se nace con vaguidades, deficiencias e sen o debido consenso, no camiño vai encallar». Y el diálogo con quien ha de votarlo no se sustancia, dice, en una «pseudoparticipación» pública en la que además se «mestura» el PE con el de Xestión, sino que debe basarse en un contacto directo que no hubo. Pero «igual o primeiro interesado nese discurso [el del bloqueo] é Duarte» para «facerse a vítima ao ver a falta de calidade do documento», dice en línea con la actitud victimista que también ve Reyes en Duarte para «vender a mentira de que o plan xa está empezado» y «xustificar que nestes tres anos non fixo nada».

«Os problemas son de xestión»

 

 

Duarte aludió a las carencias del casco histórico en materia de servicios, aparcamiento, carga y descarga [...] que la oposición hizo aflorar en el pleno para aducir que no se pueden tratar sin tramitar el PE. Pero la oposición coincide en que esas son cuestiones de gestión, no del Plan Especial, con el que Reyes insiste que la tramitación ambiental puede iniciarla la Xunta de Goberno. Duarte sabe «que non necesitaba os nosos votos e intenta engañarnos a todos». De hecho, dice Reyes, «a el dáballe igual que subísemos ao carro para validar a mentira [de que el plan ya empezó]» o que el punto decayese, «para apuntar entón que se lle poñen zancadillas ao plan». Reyes sostiene que los grandes problemas «son de xestión, non do Plan Especial».