Ángel Moya: «Los síncopes cardíacos generan el 1 % de todas las visitas a urgencias»

JOEL GÓMEZ SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

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El cardiólogo presentó en el Clínico la nueva guía europea para tratar ese problema de salud

11 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El catalán Ángel Moya Mitjans, del Hospital Universitari Dexeus de Barcelona, presentó esta semana en el Clínico la nueva guía europea para tratar el síncope cardíaco. Moya es uno de los especialistas que la elaboró para la Sociedad Europea de Cardiología. «El síncope es muy frecuente. Consiste en la pérdida de conciencia transitoria y puede tener varias causas, algunas banales, como por ejemplo una lipotimia en gente joven; pero puede deberse también a enfermedades cardíacas graves. Por eso es importante establecer unos criterios para identificarlo bien», afirma este especialista.

La Sociedad Europea de Cardiología elaboró guías que han evolucionando: en el 2001, en el 2004, en el 2009, y una nueva actualización en el 2018. «Las guías aconsejan cómo atender a pacientes desde el inicio; cómo enfocar las urgencias, para que solo ingresen quienes haga falta y dar de alta a quienes no tengan riesgo. Y también indican cómo organizar la asistencia en un hospital, pues el síncope no es solamente una patología para cardiología, implica además a urgencias y a diversos servicios. Por eso hay que coordinar la atención y promover unidades específicas, con protocolos para actuar», agrega.

La intervención de Ángel Moya inauguró un nuevo ciclo de sesiones formativas Cardiochus, organizadas por el servicio de cardiología del CHUS, que continuarán los próximos meses. El experto catalán afirmó que las unidades de síncope «están muy desarrolladas en países como Italia. En España aún no funcionan de manera sistematizada, aunque cada vez hay más tendencia a organizarlas. En el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, donde trabajaba antes, funciona una hace tiempo; ahora ejerzo en Dexeus, donde la estamos montando».

Quien padece un síncope puede perder el conocimiento bruscamente, o darse cuenta y tener tiempo para tumbarse o tomar otras precauciones: «Todo es síncope». «En general, si el paciente lo nota y le da tiempo a tumbarse, suele ser de causa benigna; se llama síncope reflejo y no es grave. Eso es más frecuente en jóvenes, se conoce vulgarmente como una lipotimia y suele desaparecer. En el síncope brusco es más probable que haya algún problema cardíaco, que se debe explorar, generalmente una arritmia, y suele ser más característico de edades avanzadas», agrega. Para tratarlo, según sea la causa, hay diversas estrategias, como colocar un marcapasos, un desfibrilador o realizar una ablación.

Es un problema de salud frecuente, dice Moya: «Hay estudios que indican que hasta un 30 % de la población tiene al menos un síncope en su vida, que puede repetirse. Y hay datos que evidencian como un 1 % de todas las visitas a urgencias se deben a sufrir síncopes cardíacos. En principio un síncope no tiene que ver con un infarto, aunque puede haber algún caso que sí».

La novedad de la guía europea para su tratamiento es que recomienda organizar unidades de síncope en los hospitales y cómo actuar con los pacientes más difíciles para diferenciar el diagnóstico. El jefe de cardiología del CHUS, José Ramón González Juanatey, y el experto en arritmias Javier García Seara, informaron a Moya sobre la unidad de Santiago, que actúa coordinadamente, sobre todo, con urgencias y con neurología. En el 2017 recibió más de 300 pacientes que consultaron en cardiología, según González Juanatey.

Especialista. Ángel Moya Mitjans es cardiólogo del Hospital Universitari Dexeus de Barcelona. Hasta hace unos meses ejercía en el Hospital Vall d’Hebron.

Experto. Es uno de los expertos que elabora las guías para tratar el síncope cardíaco de la Sociedad Europea de Cardiología.