JJ Vaquero: «Soy políticamente incorrecto desde siempre»

La Voz

SANTIAGO

cedida

El humorista actúa mañana en el Palacio de Congresos junto a Dani Rovira e Iñaki Urrutia

03 nov 2018 . Actualizado a las 04:55 h.

Mañana • 19.00 horas • Palacio de Congresos y Exposiciones • Desde 19,60 euros • Dani Rovira, JJ Vaquero e Iñaki Urrutia ofrecen mañana en Santiago su espectáculo Monólogos interruptus. José Juan Vaquero explica que las primeras sensaciones con esta recién estrenada propuesta son buenas.

-¿Cómo se conjugan los monólogos con esa interacción?

-Lo estrenamos en Narón (este jueves) y es menos complicado de lo que pensábamos. Estamos acostumbrados a hacer monólogos sin que nadie nos interrumpa y estábamos expectantes sobre qué iba a pesar. Pero más que interrumpir, aprovechábamos cuando alguno cerraba algún tema para aportar lo que cada uno tenía que decir. Creo que sumó bastante y vamos a ver si se repite tanto en Vigo como el domingo (mañana) en Santiago.

-Ya había trabajado tanto con Dani Rovira como con Iñaki Urrutia. Estos «Monólogos interruptus», ¿exigen mucha confianza en el compañero?

-Nos conocemos hace mucho. De hecho, hicimos una gira muy larga en el 2009 los tres. Además, trabajé con ellos en distintos espectáculos. Confianza vamos a tener muchísima para interrumpirnos, pero lo que nos pasó en Narón es que, como nos divierten tanto los monólogos, en vez de estar pendientes de dónde nos íbamos a interrumpir, nos sentamos en las sillas y disfrutamos; entonces, igual nos interrumpimos demasiado poco. Esto tiene que ir a más.

-Salas llenas en este arranque. ¿El humor es hoy el mejor antídoto contra las noticias de los informativos?

-Hay momentos en los que solo nos queda reírnos y tomárnoslo con humor. A veces decimos: «Cómo vamos a escribir un chiste si este ya está escrito». En ocasiones, la vida en España te da cosas tan graciosas que casi no te toca ni escribirlas.

-En el imperio de lo políticamente correcto, ¿cuesta más hacer humor que hace años?

-Puede ser que sí. Pero en mi caso, soy tan inculto, tan malhablado, tan políticamente incorrecto desde siempre, que no me fijo mucho. Lo que hago es no meterme mucho en redes sociales a leer, no ver si se está generando polémica por algo que he dicho. Hace unos años molestaban ciertas cosas y podías quitarlas, pero ahora mismo como todo molesta y no lo puedo quitar todo, pues lo digo todo.

-También es guionista, ¿es más difícil escribir para otros?

-Es más complicado escribir para otros. Es muy fácil hacerlo para Dani Rovira o para Pablo Motos porque solo le tienes que dar la idea y luego ellos hacen el chiste a su manera, lo adaptan. Pero, cuando tienes que escribir para algún actor que le tienes que dar el chiste completamente acabado, es más complicado.

-¿Hay algún tema que no se atreva a tocar?

-No sé si es que no me atrevo o que no quiero, pero nunca hablaría encima de un escenario de la violencia de género. No necesito hacer un chiste sobre eso.

-Introduce referencias a su mujer, sus hijas, su suegra... ¿algún familiar le ha dicho: «Por favor, no me cites más»?

-(Ríe). En Narón saqué a mi mujer al escenario y me dijo: «Di todo lo que quieras, pero no me hagas salir». Hablas de tu familia pero, en realidad, estás hablando de las familias en general.

-¿Es la vida cotidiana la mayor fuente de inspiración?

-Sí, hablo de lo que veo, de lo que tengo al lado. Me centro en lo que voy viendo y viviendo. Observando los monólogos antiguos, noto el cambio. Hace trece años hablaba de cuando iba a la discoteca y ahora de que mi hija quiere ir a la discoteca.

-Empezó haciendo reír a sus compañeros al finalizar los banquetes, ¿pensaba que podía llegar al momento actual?

-No, yo tenía 30 años y era camarero en el hotel. Mi vida pasaba por trabajar de camarero, estaba bien, feliz. No se me pasaba por la cabeza esto del humor. Pero, de repente, surgieron esos monólogos por los bares y algunos nos subimos a ese carro.