Se interesó por los trabajos que quedan por acometer
31 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.La lluvia no dejó de caer un instante, como un leve repiqueteo sobre los paraguas y algún instante de más fuerza. Sin embargo, fue un día perfecto para admirar la restauración de la Catedral. El granito compostelano reluce incluso más cuando se apodera de él la humedad. Así, en su mayor esplendor, en un típico día de lluvia compostelano, vio el rey los avances que se han hecho en la restauración de la basílica. Y vio también los colores que ha recuperado el Pórtico de la Gloria, que calificó como «una maravilla».
Felipe VI llegó a mediodía para ver y escuchar el complejo proceso que se ha venido llevando a cabo desde el año 2013 para restaurar las torres y la peineta de la Catedral, afectadas por un sinfín de problemas -especies vegetales dañinas, morteros inadecuados, acumulación de sales, humedades, filtraciones, fractura y pérdida de estabilidad de elementos-. Las completas explicaciones corrieron a cargo del arquitecto director de las obras, que continúan ahora en la cabecera y las capillas de la girola. El año que viene comenzarán los trabajos en el claustro y en las cubiertas de la nave central y el crucero. Ese, el de las obras que todavía quedan por hacer y los plazos que se manejan para completar la puesta a punto de la basílica compostelana, que trabaja contrarreloj para acabar lo principal de la intervención antes de que termine el 2020, fue uno de los temas que más interesó al monarca, durante una visita que terminó con una foto de familia en la escalinata del Obradoiro con las autoridades civiles y eclesiásticas que lo acompañaron en su recorrido por el templo y sus cubiertas. Al irse escuchó en un par de ocasiones «viva el rey» de los que lo aguardaban en la plaza.