Bugallo regresa a primera línea «coas pilas cargadas e sen ambición persoal»

r.m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

xoan a. soler

El candidato socialista quiere recuperar una ciudad «respectuosa coa súa tradición»

28 oct 2018 . Actualizado a las 00:09 h.

«Únenos o que queremos, que é a cidade». Así zanjó ayer Xosé Sánchez Bugallo las diferencias internas que dejaron las últimas primarias en la agrupación socialista al presentar la candidatura de consenso a la alcaldía que anteayer cerró con Gumersindo Guinarte. Y, enderezada de momento la cuestión orgánica, el exalcalde entró directamente en combate para apuntar que Santiago no puede soportar un mandato más la posición en que la han situado, dice, primero el PP, con «catro anos de destrución», y después Compostela Aberta (CA), con quien «leva outros tres no limbo». Y si pasan 12 años sería «irreparable», porque «pérdense oportunidades» mientras otras ciudades «avanzan».

Acompañado de Guinarte, el candidato socialista dejó al tiempo que finalmente defina si la próxima contienda será un cara a cara entre él y Martiño Noriega. Ambos liderarán las candidaturas que se disputarán en mayor medida el espacio de la izquierda, aunque el exregidor ha echado sus redes también en los actuales dominios del PP.

Además de pretender convencer con un «proxecto renovado» y «forte» que aproveche el 2021, y con proyección de futuro, el exregidor apela a la querencia y al «amor polas cores» de la ciudad para atraer a los descontentos con la «oportunidade» de Martiño Noriega -que «non cumpriu expectativas»- y para ganarse apoyos también en otros espectros.

«Nós non imos contra ninguén, queremos unir e que veñan con nós persoas que poden ter ideoloxías distintas, conviccións distintas noutros ámbitos», pero a las que una la ciudad. Porque esta «non pode ser unha cidade de exclusión nin de sectarismos», dijo Bugallo, interesado en sacar punta a la polémica retirada de la presencia oficial del Concello en la ofrenda del Apóstol y en contraponer su compromiso para el período 2019-2023, así lo acotó, con las aspiraciones que más allá de Raxoi puedan tener sus rivales: «Queremos que Santiago recupere un goberno comprometido coa cidade, que non teña ningún interese máis aló de servila, respectuoso coas ideas de todos e coas tradicións da cidade».

Convencido de que «conseguiremos pechar filas cunha gran maioría da cidadanía», Bugallo proclamó que se presenta «para gañar, para ser alcalde, con todos e contra ninguén» y que llega renovado siete años después de que Conde Roa le arrebatase la alcaldía, «o que para a cidade foi unha traxedia, maior do que pensaba». Pero vuelve a aspirar, dice, con las «pilas cargadas», «sen ningunha ambición persoal» y para «servir» a los ciudadanos «na posición que decidan». Bugallo acotó su compromiso hasta el 2023, aunque el proyecto socialista para concurrir en el 2019 mirará hasta el 2030. Así lo apuntó Guinarte, quien, frente a la dureza que se presume en las negociaciones para cerrar una lista unitaria en la que Bugallo se congratuló de tener a Mercedes Rosón, sostuvo que «foi doado» llegar a un acuerdo, para una candidatura «forte, de integración e renovación tamén», aunque sin renunciar a la experiencia de quienes ya tuvieron responsabilidades. Y considera fundamental, en línea con Bugallo, incorporar a independientes a su lista.

Martiño Noriega, «halagado» con el perfil de su rival socialista

Martiño Noriega aspira a «seguir liderando o latexo de cambio» que dejaron las elecciones del 2015 y no considera la candidatura de Bugallo una preocupación, sino más bien un «halago». Así entiende que el PSOE «faga o esforzo de presentar unha candidatura deste perfil», lo que no hizo tras los tres alcaldes sucesivos del PP en un solo mandato. También le halaga, dijo tirando de retranca, que «parece que o obxectivo é tumbar ao goberno de CA», pero entiende que deben preocuparse más otras fuerzas.