El textil y la pesca, los sectores gallegos más vulnerables ante un «brexit» duro

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SIMON DAWSON | Reuters

El CES publica un informe sobre el grado de exposición de la economía de Galicia

18 oct 2018 . Actualizado a las 00:16 h.

¿Cómo influirá el brexit en la economía gallega? A estas alturas es imposible cuantificarlo ya que se desconoce si habrá una separación amistosa o una ruptura brusca. Pero el Consello Económico e Social ha publicado un informe, coordinado por el catedrático de la Universidade de A Coruña, Fernando González Laxe, en el que se da a conocer el grado de exposición de Galicia a cualquier posible escenario. En él se plantean cinco contextos diferentes: el modelo noruego, suizo, turco, canadiense o el de ruptura sin acuerdo, y se analizan sobre tres pilares: teórico, aplicado y evaluando la percepción de los ciudadanos, tanto de los gallegos que residen en la comunidad como de los que están en el Reino Unido.

¿Y cuáles son las conclusiones? El grado de exposición de la economía gallega es cuantitativamente bajo. De hecho, es de las comunidades españolas con menor exposición. Y es que ni Galicia depende mucho de las inversiones o importaciones británicas, ni viceversa. Un ejemplo, si se analiza el importe de todas las exportaciones gallegas, las que tienen como destino el Reino Unido suponen el 6,55 %. Francia, en cambio, se acerca al 19 %. En el caso de las importaciones hay aún menor dependencia ya que suponen solo el 1,57 % del total, frente al 27,5 % del país galo.

Pero dentro de este escaso peso del comercio bilateral entre Galicia y el Reino Unido, hay dos sectores que deben estar más pendientes del futuro de las relaciones entre la UE y el Gobierno británico. Uno es el textil, por la importancia de las exportaciones, y el otro el pesquero, por las importaciones. En el primero de los casos, supone casi el 38 % del total de exportaciones si se suman prendas de vestir de punto y las de otros materiales, ya que la balanza económica las cuantifica en sectores separados. En el segundo, la importación de pescados, crustáceos y moluscos suponen el 28 % del total de las realizadas con el Reino Unido.

A estos dos sectores se suman, en términos cualitativos, todas aquellas compañías vinculadas a los servicios en cada una de las fases de sus procesos, que también se verían afectadas.

Que cuantitativamente no haya una relación intensa, además, no evita que «en las cuestiones cualitativas Galicia tenga cierto grado de sensibilidad», explica el catedrático de Economía. Y pone varios ejemplos. Pese a que el sector agrícola no sufriría en exceso de la llamada teoría del precipicio -la ruptura sin acuerdo-, Fernández Laxe menciona varios casos en los que las relaciones se complicarían, ya que surgirían controles o barreras técnicas sobre los organismos que controlan la trazabilidad o salubridad de los alimentos al no existir la libertad de circulación.

Todos los convenios y contratos que se efectúan en el sector del transporte marítimo se acogen a la legislación británica «por lo que si ellos están fuera, estaríamos dentro de la UE pero sometidos a otra legislación», explica.

De la misma manera podría hablarse de las relaciones laborales, de las pensiones o la asistencia sanitaria, que quedarían condicionadas a futuros acuerdos.

Tratado a tratado

El autor del informe sitúa como el peor escenario una salida dura de la UE, que obligaría a revisar reglamento a reglamento, tratado a tratado, producto a producto y persona a persona. No obstante, la publicación del CES incluye también un análisis DAFO de debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades, es decir, que ante esta situación habrá que buscar nuevas fórmulas de cooperación. Y en este sentido recuerda la importancia de encontrar espacios entre aquellas regiones o sectores contrarios al brexit, como son Escocia, el entorno del gran Londres o la población más joven, «tres niveles en los que se puede trabajar», apunta González Laxe.

En el lado opuesto estarían aquellas zonas más contrarias. Y se aportaron datos curiosos de una investigación que concluye que los condados en los que tuvo más efectos la crisis de las vacas locas son muy reacios a permanecer en la UE, así como las zonas costeras con tradición pesquera, que consideran que sus oportunidades económicas mejorarán fuera del paraguas de la Unión Europea.