Suben las sanciones en el túnel del Hórreo, que ya supera las 4.400

r.m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOÁN A. SOLER

Las infracciones en el paso subterráneo cuadruplican las de todos los fotorrojos

13 oct 2018 . Actualizado a las 22:07 h.

La tendencia apuntaba a la baja. Así fue al menos en los dos últimos años. Pero los usuarios de la red viaria local parecen haberse relajado de nuevo cuando se adentran en el túnel del Hórreo. Su radar está trabajando muy por encima del 2017. Tanto que hasta agosto había acumulado 4.450 infracciones. Eso hace una media mensual de 556 -la más alta de los últimos cuatro años- que, de mantenerse, acercará el registro final del ejercicio a las 6.700. Solo los datos hasta agosto ya muestran un incremento notable: al margen de que las denuncias de los últimos meses de una anualidad puedan no completar su tramitación hasta el año siguiente, el 2017 se cerró con 2.732 sanciones cobradas (964 de fechas anteriores a ese ejercicio).

El Ayuntamiento parece estar buscando explicación todavía a una progresión que cuestiona el efecto concienciador que podía verse detrás de la caída sancionadora de los dos últimos años. Sobre todo cuando esa sensibilización ante los mecanismos de detección automática sí está funcionando con los fotorrojos. Hasta agosto se habían tramitado 1.040 denuncias entre los cinco que hay en la ciudad, cuando en ese mismo período del 2017 ya se había ingresado el importe de 1.189 denuncias. Y eso que el quinto semáforo con cámara todavía comenzó a funcionar este año: en la Praza da Paz, en San Caetano.

De momento es también el más respetado (51 denuncias), si bien el descenso se ha notado en el resto. No por igual, porque el retroceso va desde el 8,4 % del de la avenida de Lugo (de 347 a 320, hasta agosto) al 50 % de la plaza de España (de 130 a 64). El que sigue llamando la atención es el de Amor Ruibal, con 475 sanciones hasta agosto (536 en el mismo período del 2017). Es más del triple que el de Romero Donallo, cuya cámara recogió 130 infracciones en los ocho primeros meses del año, muy lejos de las 1.155 que sumó en el último cuatrimestre del 2015, cuando comenzó a funcionar.

En cualquier caso, la actividad del radar del túnel del Hórreo no solo mantiene una importante distancia con la de los fotorrojos, sino que los datos de este año la incrementan. El punto de control subterráneo más que cuadruplica a los semáforos con cámara y contribuye en mayor medida a alimentar las previsiones presupuestarias de ingresos por infracciones a la ley de seguridad vial. Y no únicamente por concentrar un mayor volumen infractor que en los cruces controlados con cámaras. También por el importe de las sanciones. Si saltarse un fotorrojo se pena con 200 euros (además de cuatro puntos de carné), ser pillado por el radar puede suponer entre 100 y 600 euros, dependiendo del exceso de velocidad sobre el límite que marca el disco, los 50 kilómetros en este caso.

Salvo los excesos que se mantengan por debajo de los 20 kilómetros, los demás llevan aparejada también pérdida de puntos en el carné de conducir: entre los 2 y los 6.

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Sanciones diarias

La media diaria que arroja el radar del túnel del Hórreo

1.040

Los fotorrojos

La suma, con Amor Ruibal y avenida de Lugo en cabeza

475

Amor Ruibal

El fotorrojo, de los 5 actuales, que motiva más denuncias

La previsión municipal apunta a ingresos por encima de los 2,2 millones de euros

El Ayuntamiento ha previsto para este año ingresos por valor de 2.250.000 euros por las sanciones de tráfico. Mantiene con ello las expectativas que fijó en el presupuesto del 2017, aunque la actividad al alza solo del túnel del Hórreo parece que las superará. Porque el pasado año no solo alcanzó esa cifra, sino que la sobrepasó. Por apenas 117.000 euros, y después de haber anulado derechos inicialmente reconocidos por más de 6.500. Pero el ejercicio se cerró con 2,36 millones de euros, y eso pese a la caída entonces del nivel infractor en el Hórreo y de un descenso más acusado del que se constata hasta agosto en los fotorrojos.

El 2016 partió con una previsión inicial más comedida: Compostela Aberta la había dejado exactamente en dos millones de euros, pero la actividad en los viales urbanos y el nivel de infracciones detectadas a través de los elementos fijos y por la vigilancia de la Policía Local en la vía pública había elevado los ingresos a más de 2,7 millones.