Los concesionarios piden más apoyo institucional y defienden los híbridos y el diésel

La Voz

SANTIAGO

24 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

«Una carga diaria del Renault Zoe es más que suficiente para ir y venir a diario entre Ferrol y A Coruña, y muchas veces me muevo entre nuestros dos concesionarios -en Santiago y A Coruña- a 120 kilómetros por hora por la autopista. La gente alucina». Habla Federico Baeza, director comercial de Caeiro, que tiene la obligación profesional de hablar maravillas de los modelos de la casa francesa. Pero también es crítico con una situación que complica su trabajo, vender coches, entre ellos los eléctricos enchufables de la casa que representa: «No hay suficientes lugares para cargar los vehículos y tampoco hay incentivos ni privilegios para los que conducen unidades verdes, como sí ocurre en Madrid o Barcelona», donde es posible circular con ellos de forma exclusiva por determinadas calles y siempre se les guarda las mejores plazas de aparcamiento.

Admite que los clientes que se interesan por los modelos con enchufe son peculiares: «Suelen tener un nivel económico más alto y tienen sensibilidad ecológica», y hay una explicación: «Los números siguen sin dar por los costes de las baterías», sobre todo cuando se saca la calculadora frente a un diésel, un combustible que defiende por su eficacia y por las bajas emisiones de los modelos de última generación.

De momento, híbridos

Francisco Pérez es el gerente de concesionarios con presencia en A Coruña, Santiago y Ourense. En estas dos últimas ciudades está al frente de Toyota, la firma japonesa que va a retirar del mercado español el próximo año todos sus vehículos diésel y de gasolina. «Nos quedamos solo con los híbridos», explica el empresario, que en un principio calificó de «locura» la apuesta de la casa nipona. Ahora son líderes sin discusión en ventas de este tipo de modelos que combinan un motor de combustión y baterías eléctricas. Él mismo fue usuario de un Prius enchufable con el que se movía feliz de casa al trabajo, aunque admite que él tenía la ventaja de tener el coche enchufado siempre en el concesionario. «Están muy bien para moverse en distancias cortas», dice. Sin embargo, su debilidad es el diésel -también tiene representación de Seat, del Grupo Volkswagen-. Y augura que, pase lo que pase este año con el gasóleo, será difícil que en Galicia baje del 40 % del mercado