La mejora de la red viaria es, sin duda, una buena noticia para Santiago. Pero tiene un lado oscuro. Los vecinos que poseen fincas a un lado y otro de la autopista están viendo como sus propiedades pasan a ser casi inaccesibles. Los que diseñaron la vía ningunearon sus derechos y les dejaron sin el acceso. De tres puentes pasaron a ninguno, y lo peor es que ni siquiera entienden para qué los quieren.
La falta de acceso supone tener que realizar un rodeo de hasta seis kilómetros para llegar a las fincas que antes de la ampliación de la autopista estaban a unos metros de distancia. Por si fuera poco, los vecinos de Angrois tienen que salir hacia Sar para luego seguir hacia Aríns y entrar por el otro lado de las vías de servicio paralelas a la autopista. Este recorrido debe hacerse tanto con coches como con los tractores, en el caso de que precisen de su ayuda, porque «con las obras de ampliación, sencillamente, nos dejaron sin comunicación», objeta Isidoro Castaño, de la Asociación de Veciños de Angrois.
Pese a sus quejas y la insistencia para que se les diese una solución, los vecinos ven ahora que «ninguno de los tres puentes que tiraron para ampliar la autopista se volvió a construir». No solo no se reconstruyeron, como sí se hizo con el paso elevado de San Lázaro, sino que levantaron el de la Ciudad de la Cultura. «Pero ahora no podremos usarlo porque es usado para el nudo de enlace».
Al margen de obligarse a realizar un recorrido más largo para llegar a sus propiedades, los vecinos se siente ninguneados al no haber recibido ninguna alternativa. «Sencillamente les da igual, hasta dejaron las pistas con una pendiente tan grande, que no sé si será posible acceder con coche a ellas», advierte.
La Xunta remite a Fomento
La Axencia Galega de Infraestruturas replica que la competencia sobre las obras para ampliar la capacidad de la AP-9, y también de las que están en ejecución en el enlace del Gaiás, corresponde a Fomento. El proyecto fue redactado por la Xunta, pero tanto el trazado como la información pública y la aprobación del proyecto fueron responsabilidad del ministerio, porque hubo de coordinarlo con la ampliación de la capacidad de la vía. En este sentido, Infraestruturas asegura que recogió las alegaciones de los vecinos y las trasladó a Fomento, que es quien debe pronunciarse.