Raxoi se da hasta octubre para zanjar el conflicto de los conciertos en pubs

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

Resolverá en el pleno del mes que viene las alegaciones a la ordenanza de ruidos

05 sep 2018 . Actualizado a las 23:52 h.

El conflicto de las actividades culturales en los locales de hostelería podría quedar zanjado definitivamente el próximo mes de octubre, cuando el gobierno municipal estima que podrá tener aprobadas las modificaciones introducidas en la ordenanza que regula la emisión y recepción de ruidos en los locales. Ese documento, que fue aprobado inicialmente en agosto, dispone de un plazo de alegaciones que rematará el próximo día 13. En el Concello explican que sería imposible resolver las observaciones que se reciban y llevar el texto al pleno que se celebrará una semana después. Aunque aún no se ha registrado ninguna alegación, los hosteleros de la noche barajan presentar una sobre la ampliación de los horarios de terrazas.

Con los ajustes que ya han sido incorporados a la ordenanza, el Concello ofrece un salida a unas propuestas culturales de la hostelería nocturna, tanto del casco histórico como del Ensanche, que, de acuerdo con la normativa de la Xunta, no podrían celebrarse. Así, con la nueva ordenanza municipal ya no será necesario seguir firmando convenios de colaboración puntuales, como se ha venido haciendo desde hace años para dar cobijo a unas actividades culturales entre las que destacan los conciertos.

En esos cambios introducidos sobresale la modificación del artículo 44.6, por el que se permitiría a los locales «a amenización ou ambientación musical por medios técnicos ou con voz e música en directo, con ou sen amplificación». Eso sí, esa autorización no queda exenta de condiciones. Establece, por ejemplo, que no se podrán sobrepasar los niveles máximos de emisión y recepción que están recogidos en el decreto sobre contaminación acústica de Galicia. Y los hosteleros (excepto bar, café, café-bar, cafetería, restaurante) que deseen ofrecer actividades musicales o de otro tipo «estarán obrigados a instalar aparellos de control permanente de emisións sonoras, dotados de dispositivo que as interrompa cando superen os límites establecidos». En todos los casos, a los locales se les exigirán la insonorización mínima que dicta la normativa gallega.

Además, el artículo 44.3, que fijaba las superficies mínimas por establecimiento, quedó suprimido para ligar los permisos para actividades a las condiciones del local y no a los metros del mismo.

Los hosteleros reclamarán una extensión del horario de terrazas

 

 

Las modificaciones introducidas en la ordenanza municipal de ruidos satisface a los hosteleros, aunque no plenamente. Están contentos con los cambios relacionados con la autorización para celebrar actividades culturales en sus locales, pero no están totalmente a favor del horario establecido para las terrazas. Suso Pais, portavoz de la Asociación Cidade Vella, avanza que su organización presentará una alegación que será debatida en una próxima reunión de la asociación. En esa alegación se pedirá que el mes de octubre se incluya en el mismo paquete que los meses de mayo, junio y septiembre a efectos de horarios. Así, las terrazas, también en octubre, se autorizarían hasta la 1.00 horas de la madrugada durante la semana y hasta las 2.00 los sábados (noches de viernes a sábado), vísperas de festivo y domingos (madrugada del sábado al domingo). El texto ahora sometido a exposición pública prevé que las terrazas cerrarán en octubre a las 23.30 entre semana y a las 00.30 los viernes, sábados y festivos.

Los vecinos se quejan de no se les llamara para analizar este asunto

 

 

Marcos Pombo, presidente de la Asociación de Veciños do Casco Histórico, lamenta que desde el Concello no se les llamara para recoger la opinión de los residentes acerca de las actividades culturales en los locales de hostelería y sobre la solución que se plantea ahora como alternativa a la normativa gallega.

El portavoz vecinal objeta que no les explicaron las modificaciones que se introducen en la ordenanza de ruidos para autorizar los conciertos. Asegura que ni siquiera tenían constancia de que estuviera en período de alegaciones. «Leí ahora lo que se publicó, pero no tenía ningún conocimiento», resalta Pombo.

Consideran que son la parte más afectada por este conflicto, y reclaman por ello ser escuchados. Aunque reconocen que hay personas del sector hostelero que han realizado un esfuerzo para acondicionar sus locales, también insisten en que hay vecinos que «lo están pasando muy mal» por unas actividades que se prolongan durante la noche, tanto en verano como en invierno.