Reclaman a la Xunta el control de la plaga de jabalíes que arrasa maizales en Negreira

emilio forján NEGREIRA / LA VOZ

SANTIAGO

FORXAN

Malestar entre los agricultores barcaleses por unos graves perjuicios que se están intensificando cada verano

16 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Un verano más, los estragos causados por la plaga de jabalíes afectan a las plantaciones de maíz de agricultores de la zona alta de Negreira, tal es el caso de fincas de lugares como el monte de Corzán o la parroquia de Xallas. La historia se repite, y aunque cada vez son más los agricultores que protegen sus plantaciones rodeándolas con alambradas eléctricas -con el consiguiente gasto y trabajo extra-, estas no parecen ser suficientes para frenar los ataques de los animales salvajes que buscan las espigas que actualmente brotan de las plantas de maíz.

Las primeras denuncias de agricultores en el teléfono 012 de la Xunta se vienen produciendo desde hace semanas, pero a tenor de los daños se espera un repunte de las denuncias. Con todo, los agricultores reconocen que de poco valen: «As axudas polos danos do xabaril nunca chegan, pero cando foi o gran incendio de 2006 houbo axudas para as plantacións queimadas, aínda que non tivesen nada plantado», denuncia uno de los afectados.

A menos de un mes de que comiencen los trabajos de corta para el ensilado del maíz, en una cosecha que todos califican de «excelente» por las condiciones idóneas de calor y humedad que se han dado este verano, más de un vecino acumula noches enteras vigilando sus fincas para que los cerdos salvajes no echen a perder sus cosechas en el momento clave. «O problema é que aos poucos van producindo danos, e cando vas a recollelo millo dáste conta que suman unha cantidade grande», señala Marcial Leis.

Piden adelantar las batidas

En la planicie del monte Corzán está la plantación de Ana Rosa Baliña. Tiene plantadas cuatro hectáreas de maíz, solo en una finca. A una media de mil euros de coste por hectárea plantada, se pregunta cómo pueden sobrevivir en el campo con semejantes pérdidas si sufren los ataques de las alimañas. Lo curioso es que llevaban dos años sin plantar maíz, precisamente a consecuencia de los daños del jabalí. «Este ano volvemos plantalo, pero valando as fincas con electricidade para que non entren», explica esta ganadera, reconociendo que fueron necesarios muchos días de trabajo incansable para colocar la protección.

En los últimos días, la sociedad de caza Corzán, sensibilizada con este grave problema de los agricultores, y para intentar «espantar» a las alimañas, se acercaron a la zona con sus perros adiestrados, siempre de la cuerda: «Os donos da leira dixéronnos que tiñan os bichos dentro, porque tiñan unha zona con auga e comida, pero polas marcas víase que non estaban cómodos, e que fuxiron en canto lle abriron a portela», relata un cazador, en quienes están depositadas las esperanzas de los ganaderos de Negreira, porque a finales de mes comienza la temporada de batidas autorizadas. De hecho, reclaman a Medio Ambiente que adelante las batidas como solución para espantar a los jabalíes.

En la parroquia de Xallas, Marcelino Pedrares muestra cómo estos animales se han cebado con sus leiras desde que prácticamente sembró el maíz. «Quítache as ganas de todo, porque no meu caso veñen á porta da casa. Acceden desde o río e voulle meter un valado, pero é tal a cantidade de bichos que hai, que veñen todas as noites», y añade que en su caso ha tenido que recoger las patatas a tiempo antes de que se las levantasen todas. En Xallas, los vecinos están cercando sus maizales con cierres para impedir que los jabalíes les destrocen su trabajo.