El extremo calor y humedad fuerzan el cierre temporal del Pórtico a visitas

Patricia Calveiro Iglesias
P. Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

El acceso se cortó ayer a las siete de la tarde y los técnicos han decidido retomar hoy la actividad en el horario habitual, a partir de las ocho de la mañana, aunque sujeta a las posibles eventualidades ambientales

04 ago 2018 . Actualizado a las 02:32 h.

La conservación del pórtico de la Gloria es la principal prioridad. Así quedó demostrado ayer, cuando por primera vez se cancelaron las vivitas al monumento, que se reabrió al público el viernes de la semana pasada tras ser culminados los trabajos de rehabilitación en la obra del maestro Mateo, en los que se invirtieron diez años. El extremo calor y la humedad ambiental registrados en una de las mediciones realizadas cada hora hicieron saltar todas las alarmas. La respuesta fue automática. Hacia las cinco y media de la tarde se colgaba un cartel informando que a partir de las siete quedaba prohibida la entrada turística, hasta nuevo aviso. Los técnicos decidieron a última hora de ayer retomar la actividad en el horario habitual, a partir de las ocho de la mañana, aunque en cualquier momento si las condiciones ambientales son de nuevo adversas podría volver a suspenderse.

En la firma del convenio entre la Fundación Catedral y Turismo de Galicia ya se dejó claro que «en condiciones de extremo calor o humedad» cabía la posibilidad de suspender las visitas por «motivos de conservación», algo que se precipitó en una jornada en la que los termómetros alcanzaron en Compostela los 38 grados y una sensación térmica de 45. Con el mercurio disparado, que no bajaba de los 33 por la tarde, y una humedad relativa de prácticamente el 60 % y en ascenso (el día anterior en las últimas visitas rozaba el 80 %), los dos deshumectadores instalados a ambos lados del pórtico de la Gloria para mantener los niveles ambientales resultaron insuficientes.

Es algo que sucede, explicaron desde la Fundación Catedral, en casos muy extremos, como el de ayer. Los altos niveles de humedad y temperatura ponen en riesgo la fijación de la policromía que tanto costó recuperar. El tiempo que permanezca el monumento cerrado tanto pueden ser unos minutos como varios días, advirtió ya antes de su apertura al público Daniel Lorenzo, director de la Fundación Catedral.

Decepción entre los visitantes

La reacción del público tras el anuncio de que se suspendían las visitas no tardó en dejarse notar. Aunque todos los que estaban en la cola pudieron entrar a ver el monumento, había entre ellos un grupo que llegó a pedir una hoja de reclamaciones. Iban acompañados de un bebé, que esperaba fuera de las vallas y a la sombra a que les tocase su turno acompañado por otro adulto. Cuando el personal de seguridad informó a los allí presentes que ya no podía entrar en la fila ninguna persona que no estuviese ya en ella, montaron en cólera y se encararon con los trabajadores.

Una de ellos llegó a amenazar verbalmente a los vigilantes y hasta tuvo que mediar la Policía Local para calmar los ánimos, según testigos que presenciaban la escena. Las colas y las altas temperaturas eran ayer otra de las quejas. Entre los que estaban en la fila se encontraba Silvia Moral, una zamorana acompañada por su marido y sus hijas de 12 y 10 años, quienes pasan unos días de vacaciones en Forcarei y se acercaron a Santiago para ver el Pórtico. Esta reclamó a los guardias que se agilizasen las visitas: «Llevaremos media hora esperando, con este calor horroroso, y si en vez de estar quince minutos dentro son diez lo ves igual».

Otros no tuvieron oportunidad de hacerlo. «Hemos venido del País Vasco a Santiago por primera vez. Llegamos por la tarde y nos acercamos a la Catedral con la idea de ver el Pórtico, que es la ilusión de todo el que viene. Ahora resulta que dicen que no se puede pasar y nos vamos mañana. Tendrá que ser en otra ocasión, si la hay», lamentaba Flor Franco.

Castaño gallego y roble servirán para reparar estructuras y ornamentación de la Catedral

Los trabajos de restauración de la basílica compostelana continúan en marcha. Y ayer se firmaba un nuevo convenio a tres bandas, entre la Fundación Catedral, la Axencia Galega de Industria Forestal (XERA) y el Centro de Innovación e Servizos Tecnolóxicos de Madeira de Galicia (CIS Madeira) para la restauración y conservación de la parte de carpintería. El castaño gallego jugará un papel «fundamental» en la reparación de elementos estructurales y ornamentales, presentes tanto en las fachadas como en el interior del edificio. Y también el roble, que sustituirá la pieza de más de tres siglos de antigüedad que sujeta las campanas.

Las actuaciones afectarán también a las cubiertas de las capillas de Mondragón, del Pilar y de Nuestra Señora la Blanca. E incluyen la inspección y posible intervención sobre el baldaquino de la capilla mayor, obra de referencia del siglo XVII. Está previsto que los trabajos se culminen antes de que finalice este año. Estos permitirán, a su vez, el estudio de los procesos constructivos en la Catedral, el cual será objeto de una publicación.