Las obras de Castrón Douro alterarán el tráfico año y medio desde el 10 de agosto

r.m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

XOAN A. SOLER

La reforma se extenderá desde Patio de Madres hasta el cruce con Curros Enríquez

23 jul 2018 . Actualizado a las 00:49 h.

Los conductores que buscan salida hacia Sar desde Virxe da Cerca deberán habituarse a otros circuitos en apenas tres semanas. Porque el arranque de la reforma de Patio de Madres y Castrón Douro ya tiene fecha. El 10 de agosto se pondrá en marcha un programa de obras pendiente desde el anterior mandato y que transformará totalmente ambas calles, en línea con las intervenciones de los últimos años que buscan ampliar el espacio peatonal y calmar el tráfico en detrimento del aparcamiento. También rebajará la rasante para facilitar la accesibilidad en varias viviendas y corregir problemas de acumulación de agua en invierno.

Con claras deficiencias de circulación por el mal estado de su firme de chapacuña, la movilidad rodada ha sido el principal motivo de preocupación del vecindario, que deberá afrontar ahora nada menos que año y medio de obras. Es lo que requiere la ejecución de un proyecto cuya inversión supera el 1,1 millones de euros solo para la fase hasta el cruce de Curros Enríquez, la que se abordará ahora con un gasto que Compostela Aberta (CA) ha encajado en el programa de financiación comunitaria Edusi.

La intervención arrancará el día 10 con la instalación de las casetas de obra y vallados, lo que implicará ya cambios en el tráfico que el Concello no hará públicos hasta la semana entrante, pero que condicionarán la movilidad en el entorno prácticamente desde el primer día. La ejecución de la profunda reforma a la que se someterán ambas calles supondrá cortes de tráfico en algunos casos y cambios de dirección en otros. Serán modificaciones que se irán acompasando con el ritmo de ejecución de la obra, en función del impacto que estas generen en su entorno.

El proyecto jubilará el firme de chapacuña con una línea central de losas de piedra para sustituirlo por hormigón, aunque se habilitarán estancias empedradas. Porque la reforma otorgará mayor espacio para un tránsito peatonal ahora muy condicionado por la estrechez de las aceras y la elevada presión de demanda de aparcamiento, que desaparecerá. Tras la reforma, este tramo solo conservará una zona de carga y descarga y otra para paradas de un máximo de diez minutos. Los cruces peatonales se dispondrán asimismo en una plataforma elevada unos cinco centímetros sobre la calzada. El ámbito incorporará además tres núcleos de islas para el depósito subterráneo de residuos urbanos y el reciclaje de fracciones no orgánicas.

El tramo restante de Castrón Douro, hasta la zona ya reurbanizada de Sar, se asumirá más adelante, pero no antes de que concluya la del trazado que conecta con Fonte de Santo Antonio.

La instalación del ascensor de Triacastela arrancará el mismo día

Sin condicionar apenas el tráfico de su entorno, salvo momentos muy puntuales derivados de las necesidades de obra, el 10 de agosto arrancará también la reforma de Triacastela. En este caso para instalar un ascensor que permita salvar el desnivel que existe entre el límite de la calle más próximo a la avenida de Lugo con Concheiros.

Tres tramos de veinte escalones a ambos lados y separados por un jardín central son ahora la única opción de conexión de Triacastela. Largamente esperada también, esta intervención pondrá fin al gran problema de accesibilidad que a diario soportan sus residentes y los usuarios que toman esta calle para atajar el trayecto entre la avenida de Lugo y la zona de San Pedro.

A principios del 2019, si las obras se ajustan al calendario previsto, un ascensor con capacidad para dieciséis personas y una pasarela garantizarán la accesibilidad tanto de peatones como de carritos de bebé y sillas de ruedas. Su capacidad incluso admite una camilla. La idea de unas escaleras mecánicas acabó descartándose precisamente porque no permitía la accesibilidad total, además del coste de su mantenimiento. La pasarela irá sobre la calle para conectar la salida del elevador con la rúa Concheiros.

En este caso, la ejecución de las obras se licitó y adjudicó con un período de seis meses, con lo que debería estar para estrenarse a mediados de febrero. La instalación tendrá cuatro cámaras con grabación en disco duro, distribuidas en las marquesinas de acceso al ascensor, la caja y la pasarela. Su coste superará por poco los 355.000 euros.