Más de 3.500 personas mayores de 65 años viven solas en Santiago

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Representan uno de cada cinco de los 19.037 vecinos que están en esa franja de edad

15 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

En Santiago residen 19.037 personas que superan los 65 años, y 3.561 viven completamente solos. Este dato equivale al 20 % de los compostelanos que están en esa franja de edad, que se concentra casi fundamentalmente en el ámbito urbano. Los barrios más envejecidos son aquellos que ocuparon jóvenes familias entre los años sesenta y finales de los setenta, y en los que casi no ha habido relevo generacional.

Además de en las viviendas sociales de Pontepedriña y Vite, en el Ensanche también reside un elevado porcentaje de personas mayores solas. La diferencia entre unos barrios y otros viene dada por la existencia de barreras arquitectónicas, que dificultan las relaciones vecinales y que, en algunos casos, impiden que las personas con problemas de movilidad salgan a la calle. Mientras en el Ensanche la mayoría de los edificios disponen de ascensor, en otros barrios su falta agudiza más aún el aislamiento.

El 72 % de los usuarios del servicio de asistencia en el hogar del Concello, de la modalidad de dependientes, y el 62 % de libre concurrencia, son personas con edades comprendidas entre los 81 y los 95 años. La segunda franja con más demandantes del servicio va de los 66 años hasta los 80. Según fuentes municipales, ese servicio no tiene lista de espera.

«La red de amigos y de la familia es fundamental para no caer en la depresión»

 

 

Carmen Vilas es una trabajadora social de Cruz Roja que se dedica cada día a los mayores que asisten a las actividades propuestas por el centro. Vilas insiste en que la «red de amigos y de la familia» es fundamental para que las personas mayores no sufran las nefastas consecuencias de la soledad. En Cruz Roja se ofrece un amplio paquete de actividades y de talleres, y también se gestiona la teleasistencia, de la que se benefician 350 personas, la mayoría vecinas del Ensanche.

Una de las últimas propuestas es la gestión de una huerta urbana, cedida por el Concello en el espacio de Concheiros, y en la que personas mayores comparten tiempo y charla. Uno de los servicios más importantes es el de acompañamiento al médico, tanto a citas como para hacer pruebas. Y también el acompañamiento telefónico. «Puede parecer frío, pero es lo contrario. A veces es suficiente llamarles por teléfono y charlar con ellos un rato. Cada día, los voluntarios llaman a 15 o 20 personas, y ellos se sienten queridos y acompañados». Hace unos meses se celebró una reunión para que voluntarios y mayores se conocieran. «Fue muy emotivo ver a José y Conchita, que charlan todos los martes media hora».

El Concello, además del servicio a domicilio y de teleasistencia, bonifica el transporte urbano para todos los mayores de 65 años, y ahora ofrece bonotaxi para el mismo colectivo.